Lleva casi un año dando la vuelta a España con su dueño, Pablo Muñoz, un periodista que ha emprendido la misión de comprobar qué grado de adaptación al mundo dog friendly existe en las distintas comunidades autónomas (www.pipperontour.com). La gira empezó en mayo del año pasado en Salamanca y han recorrido 18.000 kilómetros juntos antes de llegar a Córdoba, donde se han encontrado una ciudad poco amigable en la oferta turística adaptada a los perros. Según Muñoz, mientras en la ciudad existe una amplia oferta de alojamientos en los que las mascotas educadas son bienvenidas, no es así en restaurantes (de momento, ha encontrado tres: La llave, la Bicicleta y Los Patios, este último solo permite perros pequeños).

Según la información que maneja Pablo Muñoz, la ordenanza municipal, de Córdoba, una de las más restrictivas de España, es de 1993. Por contra, la norma autonómica es muy flexible, ya que deja en manos de los propietarios de los locales decidir si dejan o no entrar a los perros, si bien la mayoría de establecimientos ponen reparos aludiendo a "normas de Sanidad". Las competencias en esta materia recaen sobre los Ayuntamientos.

MASCOTAS EN EL TRANSPORTE PÚBLICO

En cuanto al transporte público de Córdoba, los autobuses permiten perros pequeños siempre que viajen en un transportín, por lo que generalmente el turista acaba empleando el taxi o Uber, entre los que hay conductores que aceptan y otros que no. Renfe sí los permite en todos sus trenes atados y con bozal, incluidos los Cercanías. En media y larga distancia, solo hasta diez kilos. Ningún monumento de Córdoba, desde Medina Azahara a la Mezquita o el Alcázar autoriza la entrada a mascotas, a diferencia de yacimientos arqueológicos como Ampuries, Segóbriga o Clunia, por donde Pipper ya ha podido pasear.

En el otro extremo se encuentran ciudades como Gijón que ha hecho bandera del turismo dog friendly para atraer a este segmento de turistas, muchos de ellos procedentes del norte de Europa, donde el 40% de los establecimientos recibe con buenos ojos a los perros. Zaragoza, por ejemplo, también se está adaptando a esta demanda con medidas como los taxiguau, en los que los perros no solo son bienvenidos sino que se les hace el trayecto más cómodo.

Según Pablo Muñoz, la clave para seguir avanzando en la tolerancia a los perros en establecimientos públicos está en la educación de los animales, algo en lo que se está insistiendo en distintos puntos de España con medidas como el registro de adn de los canes, que permite a los servicios de control animal establecer multas cuando los dueños no recogen los excrementos de las calles, obligando al propietario a correr con los gastos de las pruebas, con sanciones de más de 200 euros.