El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, celebra «el vuelco electoral» producido el pasado domingo en las elecciones autonómicas y lo califica de «espectacular» en su carta pastoral semanal, en la que no deja lugar a dudas de su opinión sobre los resultados electorales. «Creo que han superado con creces las expectativas y los temores de unos y de otros», escribe. El obispo Fernández reflexiona sobre los resultados del 2-D, después de defender que el cristiano no sea «ajeno a lo que sucede en este mundo» sino una persona comprometida con la transformación social, lo que consigue con la oración y el «compromiso político concreto que cada uno estima en conciencia».

En su pastoral, expresa su alegría por que la sociedad andaluza haya sido capaz de dar este vuelco «rompiendo una inercia casi imposible de superar», y que confía no sea sino la punta de lanza del cambio «en la sociedad española». Demetrio Fernández considera que Andalucía ha votado de este modo «harta de promesas incumplidas, que la tienen a la cola en tantos aspectos». Y añade más: «No se puede estar contradiciendo la sensibilidad de un pueblo religioso y cristiano, un pueblo que pide respeto para sus tradiciones religiosas y está dispuesto a respetar a los demás». En esta línea, el obispo, que lamenta que se quiera construir «un mundo sin Dios, en el que caben todos menos el Dios que ha configurado nuestra historia», trae a colación en su carta postelectoral el conflicto en torno a la titularidad de la Mezquita- Catedral para explicar el vuelco político: «No se puede estar atacando la libertad religiosa impunemente, reclamando la propiedad pública de la Mezquita-Catedral con argucias que no se sostienen ni por parte de los que las montan», argumenta.

Asimismo, el prelado introduce el tema catalán, la educación, el aborto y la eutanasia para completar su explicación de por qué se ha producido, a su juicio, la victoria de la derecha. «No se puede trocear España, sin que eso tenga un precio político. No se puede pretender eliminar el derecho de los padres a elegir la educación que quieren para sus hijos, introduciendo leyes de ingeniería social que descomponen la persona y destrozan las conciencias. No se puede eliminar la vida inocente al inicio o al final de la vida, y esperar que encima los voten. Los andaluces son sensibles a todo esto, y han querido decir en las urnas cuál es el futuro que quieren para ellos y para sus hijos», añade.

Demetrio Fernández también tiene palabras para los que están llamados a gobernar la comunidad, esperando que «sepan gestionar bien el encargo de quienes los han votado» y advierte de que no debe ser «ninguna revancha», sino «una renovación y regeneración de la noble tarea política, librándola de toda corrupción».

En último lugar, el obispo recuerda al gobierno que salga tras las alianzas y pactos que su obligación es «atender a los más pobres» y dar respuesta a las altas tasas de paro; afrontar la supresión del aborto y la eutanasia; abordar un nuevo planteamiento a nivel europeo y mundial para la inmigración; y tener en cuenta la elección de los padres en la educación de sus hijos, «y eso no es posible con una escuela única, pública y laica para todos, como pretendían nuestros gobernantes», dice. Demetrio Fernández concluye afirmando que son «muchas las cosas que tiene que cambiar», pero reconoce que «todo no puede hacerse en un día», ya que son muchas las tareas que hay por delante. «Que el vuelco en Andalucía sirva para una conversión a Dios y hacia los hermanos, en este precioso tiempo de adviento», concluye el obispo su carta.