La asociación de vecinos Diana nació en 1989 para reivindicar las mejoras que eran necesarias en el barrio, mejoras que pasaban por cuestiones como la pavimentación, pero también por la construcción de infraestructuras, equipamientos y espacios públicos que, sobre todo en los primeros años, no existían.

Enrique Rodríguez, presidente del colectivo, se instaló en el barrio a finales de los 80 y forma parte de la asociación desde entonces. Destaca que en este tiempo han conseguido importantes logros, como la urbanización de la Plaza de las Artes o la apertura del ansiado pabellón deportivo, que, tras más de una década en obras, abrió sus puertas en 2017. Pero si hay una espinita que el barrio tiene clavada es la demora en la construcción en la plaza de la sala de las artes, un espacio de usos sociales y culturales que el colectivo demanda desde hace unos 20 años.

Rodríguez señala que la asociación de vecinos ha presentado ya cinco proyectos y que en la actualidad tiene en manos un sexto. Este último, el más singular, está abierto a la participación vecinal y plantea levantar un edificio de una sola planta con una «construcción bioclimática» y sostenible en el que han querido dar un «protagonismo especial» a los niños y niñas del barrio, que espera que decoren el patio exterior de este equipamiento.