La doctora en bioquímica Elena Yubero Serrano (Córdoba, 1974), investigadora del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic), acaba de recibir el mejor de los premios para una científica, que un proyecto trabajado por ella reciba una relevante financiación, en su caso de parte de la Fundación Científica de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC). Es la primera vez que una investigadora cordobesa obtiene una ayuda de este tipo. En concreto, la ayuda inicial de la que ha sido merecedora es de 100.000 euros, para trabajar en un proyecto de investigación, cuyo investigador principal es Raúl Luque, también investigador del Imibic, sobre la influencia de la obesidad en el cáncer de mama y en el de próstata y la búsqueda de biomarcadores que contribuyan al diagnóstico precoz de sendos cánceres tan prevalentes en la población femenina y masculina.

-¿Cómo valora la ayuda recibida por la fundación de la AECC? ¿Es muy difícil acceder a la misma?

-Pues ha sido muy importante conseguirla porque no es fácil. He podido acceder a esta ayuda, a través de una colaboración entre el grupo del Imibic de oncoobesidad y metabolismo, al frente del cual está Raúl Luque, y el grupo de nutrigenómica y síndrome metabolico, liderado por el doctor José López Miranda, director de la unidad de medicina interna del hospital Reina Sofía. Conozco a Raúl Luque desde la carrera, pues la hicimos juntos, y hace un par de años me planteó si estaba interesada en pedir este tipo de convocatoria de la AEC, que incluye distintos tipos de ayudas (predoctorales, posdoctorales entre otras modalidades). La que yo he recibido es para posdoctorales seniors. Desde hace unos años ambos grupos de investigación colaboramos entre sí y tenemos algunos artículos científicos en común publicados. El primer año solicitamos esta ayuda y no nos la evaluaron. Pero al año siguiente sabíamos que cumplíamos los requisitos y la volvimos a pedir. Nuestra sorpresa es que hemos quedado en 29 puntos sobre 30. Raúl me dijo que estos contratos son muy complicados de obtener y que hay investigadores nacionales centrados en líneas sobre el cáncer que llevan años pidiéndolas sin lograrlas.

-¿En qué consiste este trabajo que está realizando?

-Vamos a intentar fusionar mi línea de investigación y la del grupo oncoobesidad y metabolismo y usar técnicas en las que el grupo de Raúl Luque es experto y líder para aplicarlas en esta fusión de líneas. Queremos trabajar en la búsqueda de biomarcadores para intentar predecir o diagnosticar de forma precoz el cáncer de mama y la influencia de la obesidad en el desarrollo de este tipo de cáncer. El contrato de la fundación científica de la AECC es para mí, pero necesitaba este vínculo con el grupo de Raúl Luque al no haber trabajado yo antes en cáncer. Son dos años, prorrogables a otros dos. La AECC ya ha depositado los 100.000 euros para los dos primeros años.

-¿En qué otras líneas de investigación ha trabajado?

-He estado trabajando siempre desde mi grupo de nutrigenómica y síndrome metabólico en cómo previene la dieta mediterránea el desarrollo de enfermedades crónicas y, en particular, la obesidad y la diabetes tipo 2. Estudiamos cómo el consumo de este tipo de dieta, que es rica en aceite de oliva virgen, es capaz de prevenir el desarrollo de estas enfermedades, sobre todo disminuyendo el estado inflamatorio y el estrés oxidativo.

-¿Qué se puede hacer para frenar la obesidad en los niños?

-En una reciente conferencia del doctor Francisco Pérez Jiménez, exdirector científico del Imibic, este experto expuso que actualmente España es el segundo país del mundo con mayor esperanza de vida detrás de Japón y se estima que para el 2030 será la primera nación. Partiendo de esta previsión, Pérez Jiménez estimaba que resulta incongruente que, a la vez, España sea el país con mayor tasa de obesidad en comparación con otros países. Se sabe que Galicia y Andalucía son de las comunidades autónomas con mayor incidencia de obesidad, a pesar de contar con el tesoro de la dieta mediterránea. En otros países se habla de que los españoles están abandonando la dieta mediterránea, el pilar que nos ha permitido estar tan altos en calidad de vida. Y esta situación se debe a la influencia de otros estilos de alimentación, la comodidad de la dieta rápida, al uso de otras técnicas culinarias, al alejamiento del aceite de oliva o por el desconocimiento de que existen muchos productos con azúcares añadidos o con demasiada sal. Respecto a los niños, al margen de los cambios negativos en su dieta, cada vez son más sedentarios. Y, aunque la obesidad pueda tener componentes genéticos, la dieta alimenticia que se sigue es un factor muy importante para evitar la obesidad o reducir el sobrepeso.

-¿Qué aporta a los investigadores formarse en el extranjero?

-En mi caso particular me enriqueció personalmente y, en lo que se refiere a mi trabajo, aprendí mucho y ese conocimiento lo estoy aplicando a mi línea de investigación actualmente.

-¿La formación que realizó fuera de España en qué centros la llevó a cabo?

-Estuve tres meses primero en el National Institute of Aging (NIH), en Baltimore, y luego desde el 2012 al 2014 en el hospital Mount Sinai de Nueva York.

-¿Cuál es el principal objetivo que le gustaría lograr como científica?

-Aspiro a que se traslade al enfermo lo que aquí estamos investigando y a aportar mejoras en la salud de la población. Que no se quede solo en investigaciones que se publiquen en revistas científicas o se den a conocer en congresos.

-¿Se está notando una mayor inversión en investigación después de los años de crisis?

-De aquí hacia atrás no mucho. Pero, si es cierto lo que se aprobó hace poco por parte del Ministerio de Ciencia y por la Junta de que se iba a invertir más investigación y que iba a haber más becas, fondos o contratos, puede que la situación cambie. El grupo de investigación al que pertenezco se caracteriza por contar con financiación, pero, sobre todo, con aportación externa. El grupo no podría mantener su financiación si no la consiguiera por otros medios. Este grupo del Imibic, sin contar los clínicos vinculados al Reina Sofía, cuenta con unos 20 investigadores (entre investigadores seniors, posdoctorales, predoctorales y técnicos).

-¿En centros de investigación como el Imibic existe igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres?

-En mi caso particular no considero que haya desigualdad a la hora de contratación en este centro. De hecho, somos más mujeres investigadoras, aunque es cierto que los cargos directivos están liderados por hombres en el Imibic, en la Universidad de Córdoba y en el hospital Reina Sofía.