Los vecinos de Mirabueno reclaman a Urbanismo que «tome medidas inmediatas» y que lleve a cabo «por vía de urgencia» un proyecto modificado que acabe con las deficiencias detectadas en las obras de urbanización. Un día después de que Ciudadanos llevara ante la Fiscalía las obras ejecutadas por Acsa entre junio del 2017 y enero del 2018 para que las investigue, el presidente de la asociación Mancomunidad de Vecinos de Mirabueno, Francisco Araque, ha dado a conocer esta petición, para la que considera que «hay dinero suficiente».

Araque explica que Urbanismo sacó a concurso la obra por 1,8 millones y se la adjudicó a Acsa por 1,2 millones, por lo que hay una diferencia de 600.000 euros que, a su juicio, deben emplearse en «hacer lo que no se ha hecho, cubrir las deficiencias que hay, y en rematar la urbanización». Además, recuerda que tanto la urbanización de Mirabueno como la ronda Norte se sufragan con un aval de 12 millones que debe utilizarse antes de que venza la garantía de la obra y que haya que devolver lo que no se utilice. Los vecinos temen que Urbanismo tenga que devolver a Cajasur los 600.000 euros no utilizados en las obras de urbanización y los 2 millones resultantes de la diferencia entre el presupuesto de licitación de la ronda Norte (que salió a concurso por 10 millones) y el de adjudicación (que estima en 8 millones).

Francisco Araque lamenta que «los vecinos llevábamos once años esperando las obras de urbanización y cuando por fin se llevan a cabo, muchas partes se quedan sin ejecutar y aspectos fundamentales no quedan recogidos en el proyecto».

El representante vecinal explica que cuando la obra llegaba a su fin vieron que había actuaciones proyectadas que no se habían ejecutado, entre ellas bordillos que debían ir entre los acerados y el césped o barandillas que no se han instalado. A esto se suman actuaciones que consideran necesarias y que no estaban contempladas en el proyecto que se revisó hace seis años, entre ellas la puesta en funcionamiento de nueve fuentes y el ajardinamiento de la calle Alhelí, «donde el forraje alcanza metro y medio o dos metros de altura» y donde, a pesar de que Sadeco ha estado limpiando, «todos los años se produce el mismo peligro de incendio». La asociación puso en conocimiento de los técnicos de Urbanismo las deficiencias y, según asegura, «desde entonces, aunque no al ritmo que queremos, se han hecho cosas».