El barrio periférico de Alcolea, situado a unos 10 kilómetros de Córdoba, ha experimentado un crecimiento muy notable en las últimas décadas. Si antes contaba con una población que rondaba los 3.000 habitantes, hoy estos se sitúan en torno a los 12.000. Este aumento se debe al crecimiento de las parcelaciones y zonas residenciales, que han atraído la atención de muchos cordobeses que han optado por vivir en Alcolea y dejar atrás el bullicio de la ciudad.

Pero el nombre de Alcolea está unido al de dos batallas que tuvieron lugar en el siglo XIX sobre el puente construido un siglo antes: la primera en la Guerra de la Independencia y la segunda durante La Gloriosa, la Revolución de 1868, de la que precisamente en estas fechas se cumple el 150 aniversario.

La primera de las batallas ocurrió en 1808, el año en el que comenzaba el conflicto bélico de las guerras napoleónicas que llevaron al trono de España a José Bonaparte, Pepe Botella, hermano del militar y gobernante francés Napoleón Bonaparte.

Batalla de 1808

El Diario Político de Mallorca, en su edición del 14 de julio de 1808, daba a conocer una carta enviada desde Jaén «a un sujeto visible» de la capital balear en la que daba cuenta del enfrentamiento ocurrido en Alcolea entre las tropas francesas lideradas por Dupont y las españolas, comandadas por el general Pedro Agustín de Echevarri. El texto narraba que Dupont «salió de Madrid con 120 hombres dirigiéndose por La Mancha a Andalucía», donde encontró a «Chabarría» en «el puente de Alcolea, cuyo importante paso tenía orden de impedirle al ejército francés. Después de haberse cubierto de gloria resistiéndose tenazmente al enemigo y disputándole sus repetidas tentativas, hubo al fin de ceder al muy mayor número y a la preponderancia militar».

La misiva continúa describiendo cómo el ejército francés se dirigió tras su victoria hacia Córdoba donde, al igual que en otras ciudades como Jaén y Andújar, cometieron «cuantas atrocidades con imaginables de su impiedad y desenfreno».

La victoria de La Gloriosa

Por contra, la batalla de 1968 supuso un triunfo para los militares sublevados contra la reina Isabel II, que como consecuencia de esta victoria abdicó y se exilió a Francia.

Los periódicos de la época narraron con detalle este acontecimiento. El Diario de Córdoba, en su edición del 30 de septiembre de 1868, publicaba un escrito del general en jefe del ejército liberal, Francisco Serrano, en el que daba detalles sobre el enfrentamiento. Explicaba que tras un primer ataque de los partidarios de la reina sobre el Puente de Alcolea en el que fueron rechazados por los liberales, volvieron a la carga por segunda vez «y también fueron rechazados, dejando a su retirada a multitud de muertos». Y añadía que «los generales, jefes, oficiales y tropa se han conducido con tanta bizarría que no tengo expresiones con que encomiar su valor. La Patria debe estarles agradecidos, porque con la victoria de hoy la libertad está asegurada».

Dos días más tarde el presidente de la Junta Revolucionaria de Córdoba, José Ramón de Hoces y González de Canales, el Conde de Hornachuelos, firmaba una encendida soflama en el mismo diario en la que decía: «¡Alcolea! ¡Alcolea! Ahí tenéis un nombre inapreciable que la historia recogerá en su más refulgente página porque en él va simbolizada una terrible epopeya, un hecho glorioso, una acción de imperecedero recuerdo. En ella las armas de la Patria liberal hicieron humillar la cerviz a los últimos atrincheramientos del más descreído de los gobiernos, de la dinastía más vergonzosa, en el mismo sitio precisamente en que las bravas huestes cordobesas opusieron sus indomables pechos a la usurpadora metralla del coloso capitán del siglo».

El conde, que un mes más tarde sería distinguido con el título nobiliario de Duque de Hornachuelos, continuó diciéndole a los cordobeses: «Habéis sido presentado un solemne mentís a vuestros detractores, que son los enemigos constantes de la libertad. La honra, la vida y la propiedad ajena se han visto garantizadas por vuestra indisputable hidalguía. Conducíos siempre así, que esa es la misión civilizadora de todo país culto y sensato (...)».

Ese mismo dos de octubre el Diario de Córdoba publicaba un texto de las Juntas Revolucionarias de Madrid en el que aseguraba que el 27 de septiembre la reina Isabel II había entrado en Francia, «la triste condición de los reyes que conculcan los derechos de los pueblos».

Hoy Córdoba conmemora el recuerdo de esta victoria que dio lugar al Sexenio Revolucionario y el Puente de Alcolea volverá a vivir aquel triunfo con una recreación de la contienda, pero esta vez para celebrar la memoria.