Las obras del Palacio de Congresos ya han llegado a su fin y la Junta espera que en 15 días entre la empresa que se encargará de gestionarlo durante los próximos 18 años. Esas dos semanas es el plazo que baraja la Junta para firmar el contrato y entregar las llaves a la UTE Palacio de Congresos de Córdoba y Marva, que durante tres años pagará un canon de 46.000 euros y, después, de 116.000 por explotar el edificio. En un primer momento, solo podrá abrir parte de las instalaciones, más o menos la mitad, pero después dispondrá de la totalidad del edificio. La delegada del Gobierno, Esther Ruiz; el delegado de Conocimiento y Empleo, Manuel Carmona; el empresario cordobés Juan Salado (Palacio de Congresos de Córdoba SL) y el consejero delegado de Marva, Joaquín Cabral, explicaron algunos detalles del futuro que espera a este histórico edificio en esta nueva etapa. En ese acto, la Junta entregó a la UTE la resolución de la concesión administrativa mediante la que le cede la explotación del inmueble del siglo XVI.

El 1 de octubre está previsto que se marchen los últimos operarios de esta obra, que ha ejecutado Tragsa, tras el ajuste de las butacas, y entrará el personal que se encargará del montaje de Biocórdoba, la feria que estrenará la parte del edificio recién remodelado, según la información ofrecida ayer por Carmona. A partir de ahí será la nueva concesionaria la que se encargue de concertar futuros eventos. De momento, hay una decena de empresas interesadas en utilizar el Palacio de Congresos, que han consultado la disponibilidad existente para celebrar actos entre octubre de este año y la primavera del 2020.

De los planes que tiene la empresa que reabrirá el Palacio de Congresos, cerrado desde otoño del 2015, trascendió poco. La nueva concesionaria, que ofrece mejoras para el equipamiento por valor de 143.000 euros y 31.000 más para el plan de marketing, esperará hasta la firma del contrato para dar a conocer cómo llenará de contenido el edificio. Juan Salado asegura que el plan de negocio aprovecha «las oportunidades que da el pliego», que será «la biblia» y que cumplirán con los compromisos asumidos en la oferta. Aunque deja claro que la empresa «no es una oenegé», afirma que «no es un proyecto especulativo sino abierto a la ciudad». Su idea es tener un equipo de tres personas «con más de 20 años de experiencia» y un director y contar también con empresas auxiliares. Como el pliego permite actividades culturales complementarias, la idea es que sea «un foro de encuentro de todo tipo de actividades». Por su parte, Joaquín Cabral, destaca que Marva aporta «más de 60 años de experiencia en el sector».

La adjudicataria pudo contemplar los resultados de la reforma reiniciada en abril del 2017 tras una paralización de año y medio. Ayer había trabajadores dando los últimos retoques y limpiando estancias. La zona que más sorprenderá es el salón de actos con sus ventanales y cubierta. Tras la remodelación, tendrá capacidad para 759 personas. Este espacio tendrá varias posibilidades de uso y podrá ser una sala llena de butacas o dividirse en dos zonas gracias a su tabiquería móvil y al sistema de escamoteado de asientos. El salón tiene cabinas de traducción simultánea.