Con solo 12 años Luisa Serrano Guerrero (Córdoba, 1981), que se había criado escuchando mucho flamenco en casa, abandonó su ciudad natal para marcharse a vivir con sus padres a Madrid. En el barrio de la Fuensanta esta bailarina de danza y flamenco inició su formación en la academia de Marina de los Llanos. Con posterioridad, desde Madrid venía con frecuencia a Córdoba para recibir cursos intensivos con la bailaora Inmaculada Aguilar. En Madrid, esta hija de baenenses, hizo la carrera de Danza Española y Flamenco en el Real Conservatorio Profesional de Danza y más recientemente se ha graduado en Pedagogía de la Danza, en la especialidad de flamenco, en el Conservatorio Superior de Danza María de Ávila. Aunque ya había trabajado como solista para otras compañías, el último trabajo en el que ha participado esta cordobesa es el de primera bailarina de la Compañía Ibérica de Danza, con el espectáculo Carmen vs Carmen. Fue merecedora en el 2013 y en el 2006 del primer premio en el Certamen Internacional de Danza Española y Flamenco como bailarina solista y como primera bailarina, respectivamente, por sendas coreografías de la compañía de Manuel Díaz. En la capital de España, donde ha trabajado en los últimos años también de profesora de danza, ha vivido hasta que se asentó hace un año en Laredo (Cantabria). Actualmente imparte clases de flamenco, danza estilizada y bata de cola en varios centros de Santander. Y es docente a su vez de la escuela de danza Castro Baila, de Castro Urdiales.

-¿Qué siente cuándo baila?

-Cuando bailo expreso emociones, se conectan sensaciones y sentimientos a través de todo mi ser. Puedo manifestarme de una manera muy distinta a la que a veces es difícil llegar con palabras. Es un momento único y sublime. Fui una niña muy inquieta. Mis padres me apuntaban a muchísimas actividades y la que me cautivó fue la danza.

-¿Y encima del escenario qué percibe del público?

-En cada país es diferente. A veces, un público puede ser sobrio, pero no por ello significa que le haya gustado menos, caso de Japón, con un público entendido y que admira el flamenco, mientras que los americanos suelen ser mucho más efusivos. En el teatro muchas veces el público rompe en aplausos durante la representación, pero normalmente es respetuoso y guarda silencio hasta el final de cada baile o actuación y es ahí cuando podemos tener mayor feedback. En una actuación estas rodeado de cientos de personas, pero a mí me gusta pensar que estoy sola, me abstraigo cuando bailo.

-¿Es más exigente el público español o el extranjero?

-He trabajado en muchos países y puedo decir que el público extranjero valora más la danza española y el flamenco que el público español. Fuera hay más cultura y tradición de teatro, más ayudas y más público.

-¿Trabajan otros cordobeses en ‘Carmen vs Carmen’?

-Sí, estamos tres cordobeses, que nos hemos conocido en Madrid en la Compañía Ibérica de Danza. Son Raúl González Frías, que interpreta el papel de torero en la obra, y Miguel Ángel Ramos Castillo, técnico creativo del espectáculo, que tiene su propia compañía de teatro en Córdoba.

-¿A qué países ha llegado esta producción?

-La obra Carmen vs Carmen, de la Compañía Ibérica de Danza, se estrenó en el 2015 en el teatro Metropolitano de México. Después se ha representado en diferentes giras por Rusia, Holanda y Bélgica y por toda España. En abril estuvimos en Pozoblanco. La crítica y la acogida de esta obra ha sido bastante buena. En el 2016 me incorporé a la Compañía Ibérica de Danza y no hemos parado de trabajar. Tengo mucha suerte de seguir buscando y enriqueciendo el personaje de Carmen tras tantas actuaciones.

-¿La obra respeta el texto clásico de ‘Carmen’, de Merimée?

-Manuel Segovia, su coreógrafo y director artístico, deseaba otorgar a la mujer su estatus en la obra de Carmen vs Carmen y darle una vuelta a la idea inicial que presentaba Merimée. La obra entiende a Carmen como una mujer víctima de una sociedad decimonónica, anclada en la hipocresía, convertida en heroína trágica que trasciende la muerte como expresión en sí misma y la libertad del ser humano.

-Ya había actuado en otros montajes de ‘Carmen’. ¿Por qué cree que se representa tanto?

-Carmen es uno de los grandes mitos de la literatura universal. Traspasa fronteras y sigue siendo atemporal en otra sociedad y época. Lo más importante es que el personaje de Carmen representa un símbolo de libertad. Es una mujer sin formación ni cultura, que nunca recibió amor por quienes la rodeaban, pero tenía grandes valores. Este papel me ha permitido interpretar muchos registros y para nada encasillarme en el rol de mujer fatal.

-¿Cómo fue trabajar 9 años en la compañía de Antonio Gades?

-Con la compañía de Antonio Gades trabajamos mucho por los mejores escenarios de todo el mundo. Tengo muy buenos recuerdos de esa época y aprendí una estética y concepción distinta del espectáculo. Tuve la suerte de representar grandes ballets como Fuenteovejuna, Bodas de Sangre, Fuego, Suite Flamenca o Carmen.

-¿Por qué ha decidido instalarse en Laredo?

-Desde que me fui de Córdoba siendo pequeña añoraba la calidad de vida que allí tenía. Madrid te da oportunidades únicas para formarte y emprender una profesión artística, pero el ajetreo incansable de la gran capital me pesaba demasiado. Por casualidad fui de vacaciones a Laredo y me enamoró la zona, sus playas y sus paisajes. Así que, hace un año, decidí dejarlo todo y junto a mi pareja buscamos un sitio relajado junto al mar, sin tener amigos ni familia en Cantabria.

-En Cantabria está trabajando como docente, tras graduarse en Pedagogía de la Danza.

-He estudiado grado en Pedagogía de la Danza por vocación, algo que ya había experimentado en Madrid durante años como docente en el conservatorio de danza de Carmen Roche y Víctor Ullate. Ahora en Cantabria imparto clases en Castro Urdiales y varios centros de Santander.

-¿En qué proyectos artísticos está trabajando actualmente?

-Sigo como bailarina profesional con Carmen vs Carmen, pero también estoy centrada en la labor pedagógica en Cantabria. Quiero transmitir mis conocimientos y dar una formación más amplía. Me encantaría llegar a formar una buena cantera de bailarines profesionales. A día de hoy tengo libertad para compaginar las giras con las clases. Los ensayos son más inestables y dependen de las actuaciones que haya. Es una profesión intensa y sacrificada. Detrás de un baile o un montaje hay muchas horas de trabajo, semanas y meses. Cuando estudiaba en el conservatorio en Madrid le dedicaba seis horas diarias, de lunes a sábados. Hay que estar en forma. Además, los bailarines tenemos fecha de caducidad.

-¿Qué protagonismo estima tiene la danza en Córdoba?

-Córdoba es un referente indiscutible en cuanto a danza y, concretamente en el flamenco, a lo largo de la historia. En esta ciudad se siguen dando cita los eventos más importantes del mundo del flamenco. Son muchísimos los bailaores y bailarines de gran prestigio que ha dado y sigue dando esta tierra. Así que el baile flamenco tiene un gran protagonismo en Córdoba, aunque hoy día también hay grandes bailarines cordobeses formados en otras disciplinas dancísticas.

-¿Piensa que musicales como ‘Billy Elliot’ u otros pueden animar a más niños a estudiar danza?

-El número de niños que acuden a clases de danza es muy inferior al de niñas. Lo veo ahora en mis clases y lo veía cuando estudiaba de pequeña. Sin embargo, en los espectáculos de danza el número de hombres y mujeres siempre está muy compensado y también son muchos los bailarines y bailaores españoles mundialmente reconocidos. Pero creo que hoy día seguimos con el peso cultural que asocia la danza a las mujeres y desgraciadamente los padres no suelen contemplar esta actividad para sus hijos. Es significativo recalcar que cada vez hay menos vocaciones artísticas en ambos sexos y esto es preocupante. Como pedagoga creo que la danza inculca unos valores muy buenos en las personas que tanta falta hacen en esta sociedad actual, como constancia, esfuerzo, superación, disciplina, autonomía y creatividad. Las materias artísticas son necesarias para formar personas.

-¿Interesa la danza a las administraciones y a patrocinadores privados?

-La danza en España está olvidada por las instituciones. No hay políticas públicas de apoyo ni recursos para el desarrollo de un sistema empresarial de producción adecuado.

-¿El peso de la mujer en las coreografías y compañías de danza es cada vez más relevante?

-El peso de la mujer en el flamenco y la danza española ha sido fundamental y pleno desde primera hora. Actualmente también hay una fuerte y relevante presencia femenina.

-¿En qué teatro o recinto de Córdoba le gustaría actuar?

-Desafortunadamentea he actuado muy pocas veces en Córdoba. Me puse muy nerviosa al actuar por primera vez en el Gran Teatro, en el 2003, con la compañía de Antonio Márquez, porque actuar allí es siempre una responsabilidad muy importante para cualquier artista y más aún para cualquier cordobés. Me haría muchísima ilusión bailar en cualquier sitio de mi querida Córdoba. Muchas veces me he imaginado bailando en el Patio de los Naranjos, en el Puente Romano y sus alrededores. Cualquier enclave del casco histórico de Córdoba es un lugar idílico para actuar.

-¿Cómo valora los premios recibidos hasta ahora?

-Los premios nunca han estado dentro de mis objetivos. Manuel Díaz, gran coreógrafo y bailarín, siempre ha contado conmigo para participar en sus proyectos y gracias a él los galardones vinieron después.