El cordobés Gabriel Lozano Barbero, investigador postdoctoral del Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla (entidad del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), de la Universidad de Sevilla y de la Junta de Andalucía), recibió recientemente el premio de la fundación BBVA y de la Real Sociedad Española de Física (RSEF) al mejor investigador novel en física experimental por sus descubrimientos sobre el comportamiento de la luz en dispositivos optoelectrónicos como los led o las celdas solares perovskita (material que podría revolucionar la industria solar al superar las limitaciones de coste y eficiencia de las actuales células fotovoltaicas). Hace dos años, este físico, nacido en Córdoba en 1983, recibió una beca Starting Grants que el Consejo Europeo de Investigación (ERC) otorga a investigadores que, en los inicios de su carrera, destacan por una producción científica excelente. Hijo de físico y maestra, Gabriel Lozano creció en un ambiente docente, «una labor admirable, posiblemente la más importante de todas», destaca. Premio Extraordinario de Licenciatura en Física por la Universidad de Córdoba y Premio Extraordinario de Doctorado por la Universidad de Sevilla, también fue merecedor en el 2014 del premio Jóvenes Investigadores que otorga la Real Academia de Ciencias de Sevilla. Su brillante expediente le abrió siendo muy joven las puertas del CSIC, centro del que es científico titular.

-¿Desde pequeño le entusiasmaban las ciencias?

-Me recuerdo siempre curioso. Considero que tengo interés genuino por entender el mundo que me rodea. La investigación me permite ganarme la vida en base a este interés.

-Recientemente ha sido distinguido con el premio de la Real Sociedad Española de Física y de la Fundación BBVA en la categoría de investigador novel en física experimental. ¿Es el premio más importante que ha recibido?

-Me siento afortunado porque mis méritos, tanto académicos como científicos, se han visto reconocidos públicamente varias veces mediante galardones. Sin embargo, este último premio tal vez haya tenido más repercusión por el prestigio que le confiere la sociedad que lo entrega.

-Desde el 2017 lidera el proyecto ‘Starting Grant Nanophom’, dotado con 1,5 millones de euros, para desarrollar materiales ópticos avanzados que permitan mejorar las propiedades de dispositivos emisores de luz. ¿Qué utilidad puede tener esta iniciativa y cuándo se aplicará?

-Existe una concienciación global para el desarrollo de fuentes de luz más eficientes y respetuosas con el medio ambiente. No en vano, el gasto en iluminación representa una parte muy importante del consumo eléctrico en el mundo. En este contexto, en los últimos años hemos presenciado cómo las lámparas led han irrumpido en nuestras casas por ser fuentes de luz capaces de cubrir nuestras necesidades de iluminación, empleando menos potencia eléctrica que sus predecesoras, las bombillas incandescentes o las lámparas fluorescentes. Sin embargo, el control que podemos ejercer sobre las características de la luz que emiten los led es aún limitado. Por este motivo, el proyecto Nanophom persigue desarrollar materiales estructurados en la escala de los pocos nanómetros (medida de longitud que equivale a la milmillonésima parte de un metro) para así generar luz de la tonalidad que se necesite y dirigirla donde sea útil. Para su aplicación práctica queda trabajo por delante aún.

-¿Qué es la perovskita, cuándo se descubrió y cómo hace posible la fabricación de una nueva célula solar, hecha de un material más económico?

-El término perovskita hace referencia a una estructura cristalina que comparten muchísimos compuestos. Las perovskitas que han suscitado el interés de la comunidad científica en los últimos años se usaron por primera vez en una celda solar en el 2009 y están formadas por un catión (ión que tiene carga) que puede ser orgánico o inorgánico, un catión metálico y un haluro. Estos compuestos son capaces de absorber eficientemente la luz solar al mismo tiempo que son capaces de transportar portadores de carga. A diferencia de otros semiconductores, estas perovskitas pueden fabricarse empleando métodos de preparación sencillos. Como resultado, la eficiencia de las celdas solares basadas en estos compuestos han experimentado un crecimiento nunca antes observado en ninguna tecnología fotovoltaica, pasando del 3% al 23% en menos de una década. El potencial de la tecnología es muy grande. Sin embargo aún presenta problemas de estabilidad que los científicos estamos tratando de resolver.

-¿En la combinación de este material con el silicio podría estar el futuro de esta energía limpia?

-La combinación de las celdas de perovskita con paneles comerciales de silicio en dispositivos tándem puede dar lugar a eficiencias por encima del 30% con un sobrecoste mínimo. Son varias las empresas en Europa que están explorando esta posibilidad.

-¿Es cierto, como recoge un artículo de la revista ‘Sciences Advances’, que existen riesgos por la masificación de la iluminación led, por la polución lumínica que causa y porque tampoco supone un ahorro energético?

-Las lámparas LED son más eficientes que sus predecesoras. Sin embargo, nuestro desarrollo ha traído consigo un aumento muy considerable de la iluminación artificial. ¡Nunca nuestras ciudades han estado más iluminadas de noche! Como consecuencia, a pesar de que empleamos lámparas más eficientes, no hemos conseguido reducir el consumo eléctrico a nivel global. Esto solo pone de manifiesto que es necesario hacer un uso responsable de los recursos de los que disponemos.

-¿Esa contaminación lumínica cómo afecta al ser humano, a los animales y a las plantas?

-La cantidad de luz azul que contienen las lámparas LED es muy superior a las lámparas de vapor de sodio de color anaranjado que tradicionalmente servían para iluminar nuestras calles. Como resultado, somos capaces de distinguir mucho mejor el color de nuestros coches, que antes parecían todos naranjas a la luz de las farolas, pero también ha aumentado la contaminación lumínica. Hasta el punto de que dos terceras partes de los europeos no podemos observar la Vía Láctea en el cielo nocturno. Más allá de esto, hay que tener en cuenta que nuestra especie ha evolucionado bajo la luz del sol. Así, muchas de nuestras funciones vitales se regulan mediante la luz. Nuestra presión sanguínea aumenta con niveles de luz elevados. La disminución de luz azul en el ambiente regula la secreción de melatonina que controla el ciclo de sueño. Por esto, la alteración de los ciclos circadianos trae consigo consecuencias negativas para nuestra salud. Algo parecido les ocurre también a otros organismos, desde bacterias a mamíferos. Por esto es fundamental controlar las propiedades de la luz que generamos artificialmente.

-¿Es necesario, por tanto, controlar la luz artificial para mejorar la calidad de vida de las personas?

-Es fundamental hacer un buen uso de la luz que se genera y sería muy útil poder controlar sus propiedades con más precisión.

Entre el 2011 y 2013 Gabriel Lozano realizó una estancia postdoctoral en el Centro para la Física Atómica y Molecular, en Ámsterdam. Como parte de su trabajo postdoctoral (en estrecha colaboración con la multinacional Philips), trabajó en el desarrollo de dispositivos de iluminación más eficientes y desarrolló nanoestructuras capaces de moldear con una precisión sin precedentes la distribución espectral y angular de emisores integrados en dispositivos led.

-¿Cuántas patentes desarrolló para Philips en Holanda y qué utilidades tenían?

-Para Phillips patentamos varias invenciones relacionadas con la integración de nanoestructuras metálicas en dispositivos led para mejorar sus propiedades.

-Para mejorar su formación estuvo trabajando anteriormente en Buenos Aires, Florencia y Toronto. ¿Es necesario salir de España para ser mejor investigador?

-Es muy útil conocer otros lugares, para el desarrollo tanto a nivel científico como personal.

-¿Qué supone trabajar con Hernán Míguez, director del grupo de materiales ópticos multifuncionales en el Instituto de Ciencia de Materiales y creador de un pasaporte infalsificable o de una ventana que produce energía?

-Hernán Míguez fue mi director de tesis y mentor. Es un espejo en el que tengo la fortuna de mirarme. Siempre le estaré agradecido por creer en mí cuando era un chaval al que solo le gustaba leer historias de ciencia y por apoyarme en todo el camino que he recorrido hasta hoy. Estoy orgulloso de formar parte de un grupo de investigación extraordinario que solo una persona con su determinación podía haberse inventado en Sevilla. Tengo suerte de trabajar con un grupo de científicos realmente excepcional.

-¿Ha recibido ofertas laborales para trabajar en el extranjero?

-Volví a España en el 2014 con el objetivo de establecerme como investigador en el país que me educó. Ahora solo espero disfrutar de mi labor como científico durante muchos años.

-¿El Instituto de Ciencia de Materiales cuenta con financiación privada y apoyo de industrias?

-Los grupos de investigación de nuestro instituto cuentan con financiación pública y privada. No obstante, echamos en falta una mejor sintonía entre el sector público y el privado que facilitase la transferencia de tecnología al tejido productivo nacional.

-¿Ha afectado la crisis en los últimos años a su trabajo?

-Somos los investigadores jóvenes los que, como eslabón más débil, quizás estemos notando más la falta de financiación que ha traído esta crisis. Ellos son los que han visto cómo se cerraba la puerta de entrada al sistema. Como resultado son muchos los científicos jóvenes que han decidido establecerse en el extranjero o han preferido buscar su estabilidad en otros sectores. En nuestro grupo hemos tenido éxito en convocatorias europeas muy prestigiosas y competitivas, lo que nos ha permitido desarrollar nuestro trabajo de forma similar a como lo hacen colegas de otros países cuyos gobiernos invierten mucho más dinero en ciencia.

-¿Cuál es el futuro de las energías alternativas en España?

-Necesitamos políticos que estén a la altura del reto que afrontamos como sociedad. España cuenta con los recursos naturales y el capital humano necesarios para jugar un papel destacado en el desarrollo de fuentes de energía renovable, como la fotovoltaica o la termosolar. Únicamente necesitamos que nuestros gobiernos apuesten por ello.

-¿Se reconoce la labor que realizan los investigadores andaluces en el exterior?

-Nunca me he sentido valorado según mi lugar de nacimiento. Hay investigadores andaluces de enorme talento que solo precisan que desde las instituciones se deposite confianza en ellos.

-¿Estima que el Gobierno central y el andaluz deberían invertir más en investigación?

-Cualquier cambio en el modelo productivo pasa necesariamente por una financiación firme y a largo plazo en investigación, desarrollo e innovación. Esta debería ser una cuestión central y, por tanto, estratégica para cualquier gobierno.

-¿Como investigador, qué sueño le gustaría hacer realidad?

-Quiero contribuir al desarrollo de una sociedad más formada y más justa. Cuando mire atrás dentro de treinta años espero estar orgulloso de lo que he hecho.

-¿Tiene algún truco para no pagar tanto a final de mes en el recibo de la luz?

-¡Ya me gustaría!