El Ministerio de Defensa concendió el miércoles una nueva prórroga al Ayuntamiento de Córdoba para la cesión de Caballerizas Reales. Ésta es la cuarta adenda que se firma de un convenio que permite que el espacio sea gestionado por Córdoba Ecuestre, la asociación encargada del espectáculo Pasión y duende del caballo, que atrajo a más de 50.000 visitantes en 2017.

La prórroga otorga, por tanto, un plazo de un año al actual equipo de gobierno (ojo, 2019 es año electoral) para tratar de alcanzar un acuerdo con el Estado para que las Caballerizas pasen a ser de titularidad municipal. Es una solución temporal que encierra un conflicto en ciernes: ¿quién debe gestionar el espacio cuando sea municipal?

El teniente alcalde de Presidencia, Emilio Aumente, explicó esta semana que, si no se logra el acuerdo, la situación se revertiría a la que había con el convenio que firmó Rosa Aguilar en 2001, que cedía por 75 años la propiedad al Ayuntamiento. En ese marco, añadió, Córdoba Ecuestre podría tener problemas porque, sí o sí, la cesión pasaría por un concurso público.

Claves de la negociación

El Ministerio de Defensa ha pedido por Caballerizas Reales 2,7 millones de euros, una cifra a la que llega después de restar a los 5,8 millones del valor de tasación del inmueble los algo más de 3 millones de euros que el Ayuntamiento ha invertido en este tiempo en mejoras y mantenimiento del edificio. Ahora, le toca al Consistorio ultimar su oferta. «No diferiría mucho una de otra», aseguró Aumente esta semana. Cuando se pongan de acuerdo en el precio, tendrán que hacerlo sobre el modo de compra. Capitulares ofrece un solar municipal en la zona de nuevo Zoco, aunque también está dispuesto a pagar. Aunque la semana pasada la alcaldesa dio por cerrado el acuerdo «a falta de flecos», estos días se ha matizado el mensaje y se habla de «un principio de acuerdo».

Todo se centra ahora en Caballerizas, después de que de las conversaciones se haya sacado al final el traspaso de la farmacia militar (un edificio que ambiciona el Ayuntamiento para convertirlo en un nuevo mercado) y las viviendas de Lepanto (un equipamiento clave para el desarrollo del proyecto de la Ronda del Marrubial). En el mandato del PP esta operación con Defensa se vinculó, además, a los terrenos militares del antiguo cuartel de la Trinidad, en pleno centro de Córdoba. Algo que el actual equipo descartó desde el principio.

Córdoba Ecuestre

La asociación Córdoba Ecuestre, amparada por Asaja, la UCO o CECO y que gestiona el inmueble desde 2010 en una situación jurídica «en precario», ha suscitado en las últimas semanas un debate político a futuro por entender que estará en peligro su situación en Caballerizas, una vez que el edificio sea del Ayuntamiento. Este colectivo considera que sería posible una cesión directa del espacio porque son una asociación sin ánimo de lucro, de interés público local (por acuerdo plenario en 2014) y de utilidad pública (por acuerdo del Ministerio de Interior en 2015), lo que permitiría a la administración local cederle el edificio sin mediar concurso público alguno. El presidente, Rafael Blanco, afirma que precisamente iniciaron «ese camino» (en referencia a la declaración de utilidad pública) «porque así nos lo indicó el propio Ayuntamiento en el anterior mandato», después, eso sí, de que el PP sacara a licitación la gestión --estuvo a punto de adjudicarse a un empresario de fuera de la ciudad-- hasta que el Ministerio de Defensa frustró la operación al advertirle al Ayuntamiento de que no podía ceder a un tercero las Caballerizas sin ser de su propiedad. Los populares, ahora en la oposición, han abanderado la causa pidiendo en el pleno del día 10 la cesión directa a Córdoba Ecuestre, si bien el gobierno municipal rechazó la moción sosteniendo, en primer lugar, que aún no es propietario del edificio y, en segundo lugar, debido a que defienden la necesidad de hacer antes un proyecto de usos para saber qué parte de las Caballerizas puede cederse a Córdoba Ecuestre y cuáles no.

El derecho

Córdoba Ecuestre ha encargado un informe al catedrático de Derecho de la UCO Manuel Rebollo sobre si es posible, como sostienen ellos y el PP, que una administración ceda este inmueble de manera directa. Es el caso, por ejemplo, de la Torre de la Calahorra, cedida desde hace años a la Fundación Roder Garaudy, que mantiene la exposición Museo vivo de Al-Andalus.

Tanto la ley 7/99 de bienes de las entidades locales de Andalucía como el reglamento de bienes de las entidades locales de Andalucía (Rbela) permiten ceder de forma temporal y gratuita bienes de carácter patrimonial a instituciones privadas de interés público sin ánimo de lucro. La norma distingue entre la cesión de la propiedad y la cesión del uso sin propiedad. Para la primera, supuesto en el que estaríamos si Caballerizas pasar a ser del Ayuntamiento, se exige, eso sí, que la cesión se realice con entidades privadas declaradas de interés público y que destinen los bienes a fines de utilidad pública o de interés social. La cesión debe acordarse por la mayoría absoluta del pleno y tendría una duración máxima de 30 años.

Llegado el caso, la asociación en cuestión tendría que acreditar la ausencia de ánimo de lucro a nivel contable, entre otros requisitos (el expediente tendría que incluir, además, un certificado acreditativo del carácter patrimonial del bien o una memoria justificativa de la idoneidad de la cesión), pero advierten los servicios jurídicos municipales que entonces la operación quedaría sujeta al criterio de la Intervención. La última vez que la interventora se pronunció sobre Caballerizas Reales fue expeditiva. Ocurrió en marzo del 2017, justo antes de agotarse la anterior prórroga, cuando advirtió de que «no resultaría procedente» la venta de entradas para el espectáculo ya que se celebra «en un edificio público careciendo de título jurídico habilitante» para ello. Aquello se solucionó momentáneamente con la nueva prórroga, pero estaría por ver cuál sería la opinión de la Intervención en un nuevo escenario.

En la actualidad, tanto el precio del espectáculo (entre 10 y 15 euros, y bonificado para los cordobeses) como el cobro de entradas lo hace Córdoba Ecuestre, que se encarga de la apertura y cierre del edificio, del mantenimiento y limpieza de las instalaciones, amén del espectáculo ecuestre. En 2017, la entidad contó con un presupuesto de 1,1 millones de euros, de los que 6.000 euros provinieron de la Junta. El Ayuntamiento, que ha venido poniendo otros años unos 50.000 euros, no lo ha hecho en 2017 (reciben, eso sí, 45.000 euros por el mantenimiento de los caballos de la Policía Local, licitación que ganaron en concurso). La Diputación, por su parte, financia el programa Arte ecuestre en los patios, que tiene lugar en mayo.

La asociación ecuestre tiene 22 personas fijas en plantilla y sostiene que, en los últimos cinco años, ha invertido 1 millón de euros en la mejora de Caballerizas gracias a sus remanentes y que son «autogestionarios».

Jerez, con fundación

En Andalucía, la situación de Córdoba Ecuestre solo es equiparable a la de la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre. La escuela de Jerez, responsable del famoso espectáculo ecuestre Cómo bailan los caballos andaluces, es una fundación con una plantilla de más de cien trabajadores, dependiente de la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía y en cuyo patronato están la Diputación de Cádiz, el Ayuntamiento de Jerez y el Ministerio de Defensa. La Administración andaluza destina en sus presupuestos de 2018 2,7 millones de euros a la escuela de Jerez; mientras que la Diputación de Cádiz, por su parte, facilita descuentos especiales en las entradas. En julio del 2003 el patronato se convirtió en fundación para poder admitir aportaciones privadas, pero, pese a todos sus esfuerzos, la escuela de Jerez sigue lejos del objetivo de la autofinanciación. Las entradas para el espectáculo sencillo (hay muchas otras modalidades con visitas a las instalaciones) oscilan entre los 10,50 y los 21 euros euros (la entrada VIP cuesta, eso sí, 100

eurazos).

La Real Federación Hípica Española elaboró un estudio del impacto del sector ecuestre en España, publicado en junio del 2013, en el que se detalla que en aquel año entre Córdoba y Jerez se celebraron 331 pases de sus espectáculos, con 132.000 espectadores, 76 caballos participantes y 46 jinetes. Este informe cifraba en 2,27 millones de euros el impacto económico de los espectáculos de Caballerizas y de Jerez de la Frontera.

La política

El pleno del martes tumbó una moción del PP que pedía exactamente esto: «Que se reconociera a Córdoba Ecuestre como entidad idónea para continuar su actividad en Caballerizas Reales en el marco jurídico adecuado, por méritos propios, el aval que supone su trayectoria y su esfuerzo realizado para adecentar y poner en valor el histórico inmueble». Los populares promovieron esta moción a pesar de que el Ayuntamiento no es aún propietario del edificio y a pesar también de que ellos mismos, durante su mandato, sacaron a concurso público esa cesión, si bien, como ya hemos contado, la licitación se frustró. «Los enemigos absolutos de Córdoba Ecuestre fueron ustedes, que montaron un concurso para echarla de Caballerizas», llegó a decir Aumente en el pleno.

El portavoz de los populares, José María Bellido, defendió a toda costa la idoneidad de la cesión directa y preguntó con rotundidad: «¿Hay alguien más preparado que Córdoba Ecuestre para realizar está labor?». Mientras que Ciudadanos y Unión Cordobesa se alinearon a las tesis del PP, el gobierno municipal rechazó la moción. Tanto el PSOE como IU trataron de desligar la labor que desarrolla Córdoba Ecuestre de la cesión, pero, mientras que Pedro García habló más abiertamente de la necesidad de sacar a concurso la cesión, Aumente subrayó que «en el ánimo de todos está que Córdoba Ecuestre siga pero con garantías». Ganemos, por su parte, defendió hacerlo todo «desde lo público».

El texto de la enmienda que salió adelante, tampoco es mucho más claro, ya que el Ayuntamiento se compromete a culminar las gestiones con Defensa para que el edificio sea municipal, se reconoce explícitamente la labor de la asociación, pero se defiende impulsar «la gestión pública del inmueble de manera consensuada con el Imtur, el Consejo del Movimiento Ciudadano, el consejo de distrito Centro y la asociación de vecinos del Alcázar Viejo». ¿Cómo se hace eso? Pues, ya se verá. De momento Caballerizas ni siquiera es nuestro.