El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha celebrado este Martes Santo la Misa Crismal en la Catedral, donde ha consagrado el santo crisma y ha bendecido los demás óleos que posteriormente se utilizarán para administrar los sacramentos. Asimismo, en la celebración cerca de 200 presbíteros han renovado sus compromisos sacerdotales, según informa el Obispado en una nota de prenssa.

En la ceremonia también ha estado presente el obispo de Bilbao, Mario Iceta, antes presbítero de la diócesis de Córdoba, así como los seminaristas y un buen número de consagrados y fieles laicos.

En su homilía, el obispo se ha referido a los sacerdotes presentes: “Nuestro ministerio no es por tanto una capacitación profesional, sino una realidad ontológica, metafísica, que ha mutado nuestro ser más profundo, haciéndonos ministros de Cristo para el servicio del Pueblo de Dios, por eso se llama ministerial, para el servicio”. Asimismo, ha advertido a los sacerdotes que su planteamiento de vida debe ser “un planteamiento de santidad” y que no deben caer en la “mediocridad”. Y para ello deben “alimentar la vida espiritual con la oración diaria, con la mortificación de tantos apegos y afectos desordenados, con la lectura espiritual y el recogimiento de los sentidos”. También ha afirmado que “la vida sacerdotal es una vida de fe, vivida en la humildad y la obediencia a Dios”.

Finalmente, ha animado a los seminaristas a continuar en este camino de preparación para el sacerdocio: “vale la pena ser cura hoy. Es una vocación preciosa, y os lo digo después de largos años y pudieran decir lo mismo los sacerdotes que ahora renuevan sus promesas”.

Previamente, en el Seminario, como preparación a la Misa Crismal, los sacerdotes se han reunido en la capilla del Seminario Mayor San Pelagio para orar y asistir a la meditación impartida por el padre Jerónimo Fernández.