Córdoba es «el farolillo rojo» de la recaudación tributaria estatal en Andalucía. Esa es una de las conclusiones de Javier Martín, socio director de F&J Martín Abogados y catedrático de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad Complutense, tras analizar los datos de enero y febrero del 2018 sobre recaudación tributaria, que reflejan un descenso en los ingresos tributarios totales del Gobierno central en la provincia de un 4,3% respecto al mismo periodo del 2017. Mientras el saldo final de Córdoba es negativo, la media andaluza crece un 2,5% en el mismo periodo, reflejo del incremento registrado en el resto de provincias de la comunidad (Almería, un 21,2%, Cádiz un 5%, Granada un 1,9%, Hueva un 16%, Jaén un 16,3%, Málaga un 5,2% y Sevilla un 6%).

Y es que lo que sigue creciendo en la provincia son los ingresos derivados de las rentas del trabajo (IRPF), que amortiguan el descenso, sin que despeguen los derivados de la actividad económica (Impuesto sobre Sociedades e IVA). De esta forma, mientras la recaudación por IRPF aumenta un 10%, el impuesto sobre sociedades desciende un 38,8% y el IVA un 15,4% (llama la atención a Martín que «los mayores ingresos derivados del turismo, el IVA, y pese a no ser meses de fuerte demanda, no se vean reflejados, igual que tampoco se ve el fruto de los meses fuertes de rebajas»).

Aumenta un 2% el ingreso por impuestos especiales, algo que obedece a los impuestos que gravan los hidrocarburos y el alcohol (Montilla-Moriles).

Martín concluye que, en términos generales, los datos revelan que el crecimiento económico moderado y sostenido en los últimos ejercicios «no se refleja en los datos de la provincia, ya que «parece que persisten problemas endémicos de una economía casi exclusivamente dependiente del turismo que no es capaz de crear más tejido empresarial», a lo que se suma «un mal comportamiento del empleo», destaca.