El consejo rector de la Gerencia de Urbanismo dará mañana luz verde al inicio de una nueva innovación de PGOU que afecta a las antiguas instalaciones del colegio de La Trinidad. A la innovación tramitada para cambiar el uso del edificio de Lope de Hoces, 10, se suma ahora otra con el mismo fin pero en el inmueble situado en la calle Tejón y Marín. Ambos edificios dejaron de tener uso escolar en el curso 2014 y 2015, cuando abrió sus puertas el colegio construido en el barrio de Vistalegre. Con este cambio, que promueve la parroquia de San Juan y Todos los Santos, se persigue que el número 9 de Tejón y Marín, edificación construida en 1953 y destinada a educación infantil, primaria y secundaria, pase a ser considerado como «otros equipamientos». Paralelamente a la innovación se hará la modificación de la ficha del Plan Especial del Conjunto Históricom, trámite que empieza también mañana. La documentación presentada para justificar la propuesta indica que la construcción por la Obra Pía Santísima Trinidad del colegio del Parque Cruz Conde implicó el traslado de todos los alumnos que había repartidos por los colegios Trinidad I (Tejón y Marín) y Trinidad II (López de Hoces). Además, explica que en el área de influencia hay varios centros escolares y guarderías, lo que hace más idóneo cambiar el uso que tenía hasta ahora. A esto se une que allí se realizan desde hace más de 40 años actividades de tipo asistencial, social, educativo y cultural.

Por último, los promotores de la iniciativa detectan un déficit en los usos destinados a la tercera edad.

Según las fuentes consultadas, la innovación de PGOU no persigue convertir el inmueble de Tejón y Marín en una residencia de ancianos sino darle un uso social, ya que allí se encuentran el museo de la parroquia y las cofradías de la misma, hay espacios para la catequesis, y se realizan talleres y actividades culturales. Las mismas fuentes explican que en el edificio de Lope de Hoces, respecto al que también se ha innovado el PGOU y que albergaba el colegio Trinidad II, no se descarta que en un futuro a medio plazo haya servicios complementarios de las residencias de ancianos, como un centro de día y un equipamiento de recuperación (gimnasio) especializado en el mayor. Para ese fin, hay una parcela detrás del edificio del colegio Trinidad II en la calle Montemayor.

Las mismas fuentes aseguran que esos planes están en estudio preliminar por parte de la parroquia, pero que no se desarrollarán en Tejón y Marín, que ya se acondicionó para los usos culturales que alberga.

Esta innovación echará a andar en el mismo consejo rector en el que se aprobarán los proyectos y los pliegos de condiciones de la ronda Norte y de la urbanización de la antigua Azucarera de Villarrubia, dos obras que llevan casi una década paradas, que se van a reanudar y que costarán 14 millones de euros.