Fue el meme más difundido el año pasado por estas fechas del black friday y, aún en este 2017, ha vuelto a hacerse viral. Se trata de una foto en la que sobre unas perchas cargadas de ropa en un mercadillo se ve un cartel, malpintado a mano, en donde se lee blas fridei. Pero pocas bromas más caben en una fiesta que, en apenas tres años, ya se ha convertido en un fenómeno económico y social en Córdoba, superando ya a buen seguro a San Valentín, una fiesta comercial que, recordemos, de manos de muy pocas firmas tardó décadas en cuajar.

Sin embargo, Alejandro Casanova, a sus 19 años y aún dudando si seguirá estudiando o busca ya trabajo, tenía ayer muy claro algo en su vida: el tipo de videoconsola que quería comprar. «No voy a hacer cola por la noche, pero he estado ahorrando mucho y esperando estos últimos días... con ganas», decía ayer el joven en la puerta de Media Markt en el centro Guadalquivir. Y es que ayer era el día del gran, mediano y hasta del pequeño comercio. Más aún mientras más poderío financiero hubiera (tipo concesionarios de coches), porque podían ofrecer más días de descuentos y hacerse ver con más publicidad.

Eso sí, había aún un análisis comercial negativo, pero había que irse al mercadillo ambulante de Las Setas. Allí, Francisco Ramírez, en su tienda de camisas, lo tenía claro. «Hoy no viene nadie, están de tiendas», y eso que había cierto movimiento y que Francisco es de los pocos que aceptan el pago con tarjeta. Que por cierto, tampoco es poca innovación comercial en un mercadillo.