«Buscamos quitar los miedos para volver. A veces la decisión de la vuelta es mucho más complicada que la de irse». Raúl Gil y Sebastien Sanz, alma de Volvemos.org, persiguen un sueño: el retorno de los emigrantes a sus ciudades de origen. Para alcanzarlo, impulsaron hace unos años este proyecto que fomenta el regreso de quienes quieren volver a su casa, después de haber estado un tiempo en el extranjero. Raúl vivió en primera persona la experiencia de la emigración y, aunque dice ha sido «la mejor de su vida», confiesa que inició este proyecto para acabar «con la triste imagen de las despedidas en los aeropuertos». El Ayuntamiento de Córdoba, a través del Imdeec, puso en marcha hace unos meses esta experiencia en la ciudad con una inversión de 25.000 euros y unos resultados ya muy destacados en términos económicos y sociales (a nadie se le escapa la emoción que destila la iniciativa). La alcaldesa, Isabel Ambrosio, explicó ayer que apostaron por esta idea para aportar «nuestro granito de arena para que Córdoba ofrezca oportunidades suficientes y para que los cordobesas que quieran puedan desarrollar su proyecto vital en este ciudad».

En este tiempo se han diseñado distintas acciones para que el Ayuntamiento sirva «de puente» entre las empresas y los profesionales que quieren volver. Para ello se ha creado, en primer lugar, una comunidad de cordobeses que quieren retornar. Son 163 personas, con una media de 32 años de edad, que han emigrado sobre todo a Reino Unido (33,1% de emigración cordobesa) y Alemania (12,8%), y que trabajan principalmente en ingeniería, sanidad, psicología, trabajo social y educación. La alcaldesa recordó ayer que los emigrantes que vuelven «lo hacen con manejo de idiomas, se han adaptado a metodologías diferentes de trabajo, han superado barreras y han desarrollado el valor de la resilencia, por lo que ahora tienen una mentalidad mucho más abierta».

Entre los servicios que ofrece este proyecto destaca el asesoramiento laboral por skype de los participantes y las labores de coaching. Raúl explica que ésta es una importante «herramienta de empoderamiento, ya que se hacen conscientes de lo que pueden aportar». Antonio Salmoral, un ingeniero cordobés que trabaja cerca de Colonia (Alemania) desde 2012, explica que aunque «la idea del retorno la tenía en la cabeza», con Volvemos a Córdoba se puso a buscar empleo «más activamente». Valora especialmente el asesoramiento y el feedback con profesionales. «Espero volver pronto. Los empresarios tienen que ver esto no como un gasto sino como una inversión», dice.

El proyecto ha incluido la confección de un mapa de empresas locales comprometidas con el retorno de cordobeses, que cuenta ya con una veintena. Ludwig Wagner, un alemán casado con una cordobesa y que es dueño de la empresa Cortec Mecanizados, es uno de los empresarios comprometidos y conscientes del plus que aportan los emigrantes, y que espera encontrar en este programa el perfil de trabajadores cualificados que busca.