Tarde o temprano se esperaba que pudiera llegar a la Península la Xylella Fastidiosa, una bacteria ante la que no hay tratamiento y que obliga a eliminar los cultivos huéspedes que se encuentran en la zona de infección. Detectada en octubre del pasado año en las Islas Baleares, la semana pasada se descubrió en una explotación de Alicante, con lo que se ha confirmado la llegada de una de las grandes amenazas para el olivar (no se puede olvidar la verticilosis y sus graves consecuencias en el olivar de riego). La Xylella Fastidiosa no solo afecta al olivar, sino que también provoca daños irreparables en otros cultivos leñosos como el cerezo, la vid, los cítricos o los almendros. Desde la Junta de Andalucía, que puso en marcha hace meses un protocolo de control y prevención, se reconoce que esta bacteria no entiende de fronteras y en la comunidad científica se venía asegurando que terminaría llegando a la Península Ibérica.

Ante esta situación, las medidas que se están tomando son preventivas y de control para detectar su presencia cuanto antes se produzca su llegada y focalizar el problema para tomas medidas de erradicación.

Una de las mayores expertas en esta bacteria, la centífica cordobesa Blanca Landa (CSIC) ya lo advertía hace unos meses en este periódico. Córdoba, junto a Jaén y el oeste andaluz, se encuentra entre las zonas más vulnerables al adaptarse la bacteria a zonas con inviernos suaves. Con anterioridad a su entrada en las Islas Baleares (el foco procedía de Tarragona) se había detectado en octubre del 2013 en la región italiana de Apulia, donde afectó a 8.000 hectáreas de olivar.

Al ser muy complicado su control, la única manera de atacarla es en la fuente de inóculo para excluirla y erradicarla. Ante este primer caso en la Península, la Consejería de Agricultura ha anunciado que convocará en breve la mesa de sanidad vegetal. Por el momento, como remarca la Junta, Andalucía continúa actualmente libre de esta bacteria, pero extremará la vigilancia del material vegetal susceptible de infectarse o portarla con el fin de garantizar el buen estado de los cultivos de la región.

La Consejería de Agricultura ha explicado que el plan de acción contra esta bacteria contempla acciones de prevención, vigilancia y, si es necesario, erradicación para evitar su aparición y dispersión en el territorio. Desde que se aprobó el plan contra esta bacteria en el 2015, la Junta ha tomado más de 1.250 muestras de material vegetal sensible, resultando todas negativas. Estas actuaciones se han realizado en todas las provincias andaluzas. En Málaga se han realizado 50 actuaciones, 24 en Cádiz, 22 en Jaén, 19 en Córdoba, 17 en Almería, 15 en Sevilla, 10 en Granada y 9 en Huelva.