Alrededor de un centenar de pacientes, aunque a medio plazo podrán ser más, se podrán beneficiar anualmente de las ventajas del nuevo equipo de radioterapia intraoperatoria puesto en marcha este mes en el hospital Reina Sofía en virtud de la donación que el empresario Amancio Ortega ha hecho a hospitales públicos andaluces para incorporar y renovar tecnología que ayude a luchar contra el cáncer.

La importancia de este equipo es que es el primero de sus características en el sistema sanitario público andaluz y el cuarto que se implanta en el sistema público nacional. «En concreto, hasta el momento han sido 6 pacientes cordobesas, todas afectadas por un cáncer de mama, las que han sido intervenidas quirúrgicamente y recibido tratamiento radioterápico en el mismo acto, sin necesidad de que en días posteriores, tras su paso por el quirófano, estas mujeres hayan tenido que recibir entre 15 y 25 sesiones de radioterapia, que vendría siendo lo habitual», señala la jefa de Oncología Radioterápica del hospital Reina Sofía, Amalia Palacios.

«El uso de este equipo se circunscribe a pacientes concretos. En un primer momento se va a destinar únicamente a afectadas de cáncer de mama, que no tengan afectación ganglionar, con bajo riesgo de recaída local y de diseminación a distancia del tumor, que no necesiten quimioterapia, que presenten tumores menores a 2 centímetros y con una edad igual o mayor a 50 años», apunta Palacios.

LABOR CONJUNTA / Al margen de este perfil, el cirujano del Reina Sofía Guillermo Bascuñana, que es el coordinador de estas intervenciones quirúrgicas, precisa que «próximamente puede que también pueda aplicarse la radioterapia intraoperatoria a pacientes a partir de los 45 años y con tumores de mama de hasta 3 centímetros». «Ahora mismo solo se está desarrollando con cáncer de mama porque es la patología más desarrollada y estudiada con este equipo, pero próximamente queremos utilizarla en el abordaje del cáncer de páncreas, recidiva (reaparición del tumor) de cáncer colorrectal y tumores del sistema nervioso central», indica Amalia Palacios.

«Las estimaciones que manejamos es que entre 80 y 100 pacientes con cáncer de mama, el 25% de las más de 400 mujeres que necesitaron radioterapia el año pasado, podrán recibir radioterapia intraoperatoria por cumplir el perfil antes citado», añade la jefa de Oncología Radioterápica. Amalia Palacios explica que la intervención con radioterapia intraoperatoria consiste en que en el mismo quirófano se extrae el tumor, se lleva a cabo una biopsia selectiva del ganglio centinela y después se efectúa una radiación parcial únicamente en el lecho donde se encontraba el tumor (en la zona que acote el profesional de Oncología Radioterápica que está presente en la intervención), previa instalación en el lugar de unas mamparas blindadas.

PRECISIÓN / «El oncólogo radioterápico observa cómo el cirujano quita el tumor para luego poner el aplicador e irradiar la cavidad que queda, que es la zona donde hay más riesgo de que reaparezca el cáncer. Las ventajas de esta radioterapia intraoperatoria son muchas, ya que evita que el paciente reciba sesiones de radioterapia en los días siguientes a ser operado o reducir este tratamiento al mínimo volumen porque somos mucho más precisos. Además, se le resta presión a la enferma, por el miedo que puede tener a la enfermedad, y si residen en pueblos se les ahorran viajes hasta Córdoba para recibir radioterapia en el hospital, pues algunas tienen que hacer en la misma jornada hasta más de 200 kilómetros, sumando el trayecto de ida y vuelta, según el pueblo de la provincia en el que vivan», resalta Palacios.

Estas operaciones con radioterapia intraoperatoria necesitan del trabajo coordinado de profesionales de Cirugía, Oncología Radioterápica, Radiofísica y Protección Radiológica (que en tiempo récord lograron legalizar la instalación), Anestesia y personal de Enfermería.