Si no hay cambio de planes, y aunque estaba previsto para principios de mayo, el 1 de junio los vecinos de Mirabueno volverán a ver obras en su barrio, concluyendo así el periodo de nueve años que ha transcurrido desde que los trabajos de urbanización quedaron paralizados. Acsa será la empresa encargada de retomar los trabajos donde se quedaron en el 2008, año en el que, además de la urbanización, se produjo la paralización del tramo de ronda Norte que unirá la N-432 con Fuente de la Salud. Marín Hilinger era el promotor de los trabajos y el propietario mayoritario de los terrenos de Mirabueno y las obras las ejecutaba la misma empresa que ahora las va a reanudar, Acsa. Cuando la urbanización quedó parada restaban labores de jardinería, la instalación de riego y la conexión eléctrica definitiva.

Acsa acometerá los trabajos de Mirabueno por 1,2 millones, con lo que rebaja en un 33% el presupuesto de licitación, fijado en 1,8 millones de euros. La empresa deberá terminar la intervención en seis meses, que es el plazo que ha ofertado, tres meses menos que el periodo fijado en el pliego de condiciones. El proyecto que Acsa llevará a cabo se centrará en 169.899 metros cuadrados de parques, jardines y áreas de juego y contempla la construcción de una pasarela para unir La Asomadilla con Mirabueno.

El proyecto tiene una larga andadura, ya que fue modificado durante la etapa de IU y PSOE en el gobierno municipal y después fue retocado en la del PP. La diferencia entre el proyecto que ha salido a concurso y el aprobado en el 2011 es que aquel estaba presupuestado en 2,3 millones por unas actuaciones que corresponden a Endesa y que Urbanismo ha sacado aparte.

Esta actuación es posible después de la sentencia que dio la razón al Ayuntamiento permitiéndole utilizar un aval para ejecutar los trabajos que la junta de compensación dejó parados. Los vecinos llevan años reivindicando la reanudación de las obras y, una vez que empiecen, Urbanismo tendrá que sacar a concurso los 2,4 kilómetros de ronda Norte. El problema es que el tiempo transcurrido ha deteriorado la obra, como ya se vio en el proyecto del 2011, que incluía las reparaciones de los daños. Aquel proyecto se presupuestó en 10,5 millones y tenía un plazo de ejecución de 18 meses.