La parlamentaria andaluza Rosario Alarcón, que ha analizado los resultados electorales de ayer, afirma que "les ha quedado mal sabor de boca a quienes han sido presionados" para que en sus juntas locales no hubiese "ni un voto" a su candidatura."Cuando se ha pedido eso desde el propio partido a personas del propio partido, a quien lo ha pedido y ha tenido que seguir esas instrucciones les queda un mal sabor de boca. Ha sido en muchos municipios y a muchas personas", ha dicho esta mañana.

La candidata que ha resultado derrotada en la primera vuelta de las elecciones para la presidencia del PP en Córdoba ha calificado, sin embargo, de "dulce" su derrota y ha dicho que, pese a todo, ha sido "todo un honor" dar ese paso por su partido. Alarcón, que ha empezado dando la enhorabuena a Adolfo Molina, el candidato que se ha proclamado vencedor, y el agradecimiento a su equipo, ha indicado que era "absolutamente necesario" presentarse a estos comicios internos. "A pesar de no haberlo conseguido, con un camino tan duro y difícil, ha merecido totalmente la pena y no he perdido la ilusión", ha afirmado esta mañana.

En opinión de Alarcón, el nuevo presidente de la formación popular tendría que tomar "buena nota" de los resultados para tratar de hacer " un partido más unido y fuerte en la provincia que logre éxitos electorales y recupere los municipios perdidos". La parlamentaria andaluza ha reconocido que desde el principio era consciente de la dificultad de su reto, pero que lo vio "como una gran oportunidad de plantear una alternativa y mejoras en el proyecto del PP de Córdoba". No obstante, Alarcón ha insistido en las "desventajas" que dice haber tenido en este proceso por no haber contado con la ayuda del aparato del PP. "Hoy no es el día para sacar trapos sucios, hay que lavarlos en casa en los órganos internos, pero hoy si debería ser el día de la gran reflexión: la de la unidad, la integración y asumir que tenemos que mejorar", ha dicho.