Nació en Córdoba hace 62 años y guarda buenos recuerdos de su infancia junto a la iglesia de la Trinidad, donde vivió con su familia hasta que su padre se trasladó a Andújar, desde donde saltó a Sevilla para estudiar Ingeniería. Pero la pasión por el cine le llevó por otros derroteros más arriesgados, y con apenas 30 años creó Maestranza Films, una productora cinematográfica señera en Andalucía con la que ha estado detrás de más de cuarenta títulos, algunos tan significativos como Solas, de Benito Zambrano. Ahora, sus compañeros han reconocido con la Medalla de Oro de Egeda, que recogió la pasada semana en la gala de los Premios Forqué, su esfuerzo por impulsar el cine andaluz, del que conoce toda su historia y, sobre todo, las razones por las que ya tiene un nombre propio, puesto que Antonio Pérez es, sin duda, uno de sus protagonistas.

-Con el premio Forqué en las manos y pasados los nervios y emociones, ¿qué ha significado ese reconocimiento para usted?

-Es el premio más importante que hay para un productor en España y, además, te lo dan tus propios compañeros, lo que lo hace más grande para mí. Por otro lado, me he sentido reconocido. Nadie sabe muy bien lo que hace un productor, se tienen ideas muy simplistas sobre esta profesión y se pasan muy malos momentos, de soledad, de injusticia…

-¿Cómo surge Maestranza Film? ¿Qué le atrajo de la industria del cine?

-Siempre me ha fascinado el mundo del cine. Yo empecé desde abajo, barriendo el estudio, y ya era ingeniero. Pero tenía una empresa de televisión con la que ganaba el dinero que después perdía con el cine. En realidad, no fueron inicios duros por eso, porque el otro era un negocio más o menos rentable y no pasaba apuros.

-¿Se siente un pionero del cine andaluz?

-Los pioneros fueron francotiradores que tienen mucho mérito. Con Solas se empezó a dar un giro a partir del que todos empezaron a pensar que podíamos hacer cine en Andalucía, donde había talento, oportunidades, y eso que no teníamos ayuda. Recuerdo que costó unos 130 millones de pesetas y todo el mundo, cuando triunfó, la catalogó como una película de bajo presupuesto. Y yo pensaba, «¿bajo presupuesto? ¡Con el trabajo que me ha costado conseguiro!» Luego, llegó la llamada generación cinexín, obras y directores fantásticos. La función principal de un productor es descubrir el talento y promocionarlo, además de jugársela..

-¿Cree que se hubiera podido montar una empresa como Maestranza Film en una ciudad como Córdoba?

-Podría haberse dado si hubiera habido unos cuantos locos dispuestos a arriesgar. Normalmente, el cine está centralizado, pero España tiene una estructura política descentralizada, y eso es lo que ha permitido que se pueda generar esa industria en Sevilla, que es espectacular. Pero en eso ha influido que allí está Canal Sur y toda la gente que empezó a trabajar en esa televisión. Quizá de Málaga sí pueda decirse que ha creado un subnúcleo.

-Está detrás de unas cuarenta películas, entre las que sobresale ‘Solas’. ¿Qué significó aquel filme?

--Fue una película muy buena, que conmocionó y emocionó. Y, por otra parte, quizá fue el producto cultural andaluz más consumido durante unos años en el mundo, por lo que habría que pensar en la importancia que tiene el cine. La Junta se gasta el dinero en tener una estructura para apoyar la cultura andaluza y, finalmente, una iniciativa privada, sin ayudas, como fue Solas, distribuye mucho más el impacto cultural.

-Ahí se inició una relación con Benito Zambrano que aún continúa. Por cierto, ¿en qué anda metido ahora este director?

-Él se lo toma con calma y yo muchas veces le regaño y le digo que no puede tardar tanto entre película y película. Está con tres o cuatro proyectos a la vez. Él es muy exigente y autocrítico, por eso sus proyectos son buenos, pero tendremos que esperar un poco para ver su próxima película.

-Produjo al cordobés Francisco Javier Gutiérrez en ‘3 días’, una película que apenas se vio en España, pero que fue muy reconocida en Europa y abrió la puerta de Hollywood al realizador. ¿Imaginaba que se convertiría en un valor seguro?

--No, igual que no imaginaba cuando hacía Solas, una película de pobres, alcohólicos, desgraciados, mujeres y andaluces, que tendría el éxito que tuvo, pero sí me di cuenta de su talento, aunque no fuera reconocido aquí. En España tenemos mucho desprecio hacia lo nuestro, aunque luego vamos con la banderita puesta, y esos patriotas critican y desprecian el cine español.

-¿Es difícil saber si una película funcionará aún con un desarrollado olfato como el suyo? ¿Cuáles son las claves para que usted se embarque en un proyecto?

--Si tuviera las claves, me estarían llamando de Los Angeles, tendría una casa en Berlín y fumaría habanos. Yo no soy un productor típico y no suelo embarcarme en proyectos solo por criterios económicos. Cuando hago algo con lo que he perdido dinero, desarrollo otro proyecto más seguro.

-¿Cuál es la mayor de las sorpresas que se ha llevado?

-Solas fue una sorpresa. De hecho, le dije a Benito que si no la escogían para el Festival de Berlín no prodríamos estrenar la película porque nadie la iba a querer. Muchas veces le echamos la culpa a los políticos, pero los ciudadanos también la tenemos.

-En los últimos años hemos visto desfilar en la gala de los Goya a actores, directores, maquilladores o técnicos andaluces ¿Pensó alguna vez que hablaríamos de un cine andaluz?

--No, pero siempre ha sido mi sueño. Todo el mundo sabe que yo hago discriminación positiva con lo andaluz, entre otras cosas, por cómo nos han tratado siempre. Busco hasta la muerte primero a un andaluz, con talento, por supuesto. Muchos de los que han ganado Goyas en los tres o cuatro últimos años han empezado a trabajar con nosotros de meritorios o becarios. Y puedo decir que en mi próxima película, el 99% de los que trabajarán serán andaluces. Pero no lo hago por nacionalismo barato. Desde hace unos años, la mitad de los nominados a los Goya son andaluces, cuando los centros de producción están en Madrid o Barcelona.

-¿Confía en que Andalucía tenga por fin esa Ley del Cine de la que se lleva tanto tiempo hablando? ¿Qué espera de ella?

--Sí, creo que la tendremos. Y será muy buena si la dotan. El borrador es estupendo, lo que pasa es que la cultura siempre es como una asignatura maría, aunque, en este caso, es un empeño de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. Nunca he visto a ningún político tan interesado en el cine.

-Recientemente, aseguró que se indigna cuando oye que los productores de cine son unos vividores. ¿Se entiende la industria del cine en este país?

-Hay cuatro o cinco extremistas por ahí que difunden mentiras o no tienen ni idea de lo que hablan, son verdaderos ignorantes. Por ejemplo, el otro día discutí con alguien que decía que en España la gente del cine solo pedimos subvenciones, y resulta que somos el país que menos subvenciones recibe en Europa.

-¿Podría subsistir el cine sin subvenciones?

-No. Lo mismo que la ópera, desaparecería. Si hubiera un mercado libre, sí. Pero no es así.

-¿En qué medida ha afectado la crisis en cuanto a los recortes de subvenciones en Andalucía?

--En paralelo a la crisis. Aunque el cine andaluz, quitando los dos centros de producción nacionales, es el más exitoso en los últimos años, Andalucía no es la comunidad que más dinero da a su cine. Y por cada euro que se le da al cine, se reciben diez. Imagina lo que supondría para la economía andaluza.

-¿Se empieza a notar la mejoría al menos en los prestamos bancarios?

-No. Los bancos pasan, están muy protegidos por el Gobierno, todo lo que no lo están los empresarios. Estamos esperando cambios. El señor Montoro no ha entendido esta industria. Si comparas datos en Europa, en España se dieron 30 millones de subvenciones frente a los 700 de Francia. Los partidos conservadores y los de izquierdas en Francia tienen la misma política cultural. Aquí padecemos una derecha atrofiada, antigua e inculta, aunque hay excepciones. El actual ministro parece un hombre dialogante, le gusta el cine español y lo defiende. Tiene una buena actitud, vamos a ver si en esta legislatura cambian las cosas.

-Últimamente, las televisiones están detrás de las grandes producciones. ¿Son las únicas que pueden soportar estos altos presupuestos?

-Claro, aunque la clave no está en los altos presupuestos, sino en la promoción. Son los que tienen la llave, y eso hacen Tele 5 y Antena 3, que no TVE, que realiza buenas películas, pero las vende menos.

-¿Ha tenido la tentación de ponerse tras la cámara?

-Cuando trabajaba en televisión lo hice, pero lo que más me gusta es la producción, los líos, es como ser el padre de la criatura.

-¿Con qué directores y actores le gustaría trabajar?

-Son tantos… Hay directores y actores tan buenos que no pararía de decirte nombres.

-El cine español siempre ha estado relegado frente al norteamericano. ¿Se nota un cambio?

--Sí. Cada vez va aumentado más nuestra cuota.

-¿Estamos viviendo un ‘boom’ del cine español?

-Sí, sin duda. He estado 14 años en la junta directiva de la Academia Europea del Cine, y el respeto, admiración y cariño que se le tiene al cine español es tremendo. Pero los españoles no lo valoramos. Tenemos dos trabajos: salir adelante y luchar contra algunos de nuestros compatriotas.

-Andalucía se ha convertido en un escenario de cine, incluso para grandes producciones como ‘Juego de Tronos’. ¿Deberíamos impulsar esta industria?

-Por supuesto, deja mucho dinero. Es tremendo lo que mueve este sector. Y Juego de Tronos es la que más suena, pero hay muchos rodajes de los que no se entera la gente, como, por ejemplo en Almería.

-Córdoba ha creado un certamen de cortometrajes con la intención, entre otras, de dar visibilidad a la ciudad. ¿Qué le parece la idea?

-Me parece bien, pero deben ser iniciativas grandes, ambiciosas e imaginativas, sin que necesariamente sean costosas. Es cuestión de saber, de pelearse... Yo me impliqué en la Capitalidad Cultural del 2016 y no he visto en Córdoba una lucha tan grande como esa, aunque luego fuera decepcionante. Creo que haría falta un revulsivo. Por ejemplo, Córdoba para rodar es impresionante, tanto la ciudad como los pueblos.

-¿En qué proyectos anda metido ahora?

-Ahora estamos con Jaulas, de Nico Pacheco, un joven de Sevilla. Y en junio estrenaremos Señor, dame paciencia, con la que iremos al Festival de Málaga. Es una comedia coral muy divertida con Jordi Sánchez, Megan Montaner, Paco Tous… Hay muchos actores muy reconocidos.

-¿Qué importancia ha tenido la irrupción del Festival de Cine Español de Málaga?

--Mucha. Paco de la Torre, el alcalde de la ciudad, es un gran defensor del cine español y ha dado todo tipo de facilidades para rodar en Málaga. Es una prueba de que el apoyo al cine no tiene que ver con las diferencias políticas. Es un hombre tolerante y, culturalmente, le ha dado la vuelta a la ciudad, lo que prueba que la cultura vende.