Las monjas del convento de Santa Isabel de los Ángeles, situado en Santa Marina, han vendido el edificio a Arete 2016 por 4,5 millones de euros, según consta en el Registro de la Propiedad. La documentación a la que ha tenido acceso este periódico ofrece detalles de la operación, entre ellos que la abadesa del convento expone como «la causa justa» de la venta «la edad avanzada de las hermanas» que residían en él, «cada vez más dependientes», así como «la imposibilidad económica de seguir manteniendo y adaptar» el edificio «a unas condiciones mínimamente necesarias para el desarrollo de la vida fraterna o comunitaria». Además, la abadesa argumenta que «con el fruto de la venta se puede atender y asegurar la dignidad de las ancianas hermanas en sus monasterios de acogida, siendo esta la única posible fuente de ingresos de la que disponen y habiendo llegado la situación a ser de gravedad extrema».

El documento explica que la finca, que hasta diciembre era propiedad de la congregación de las clarisas, que la inmatricularon a su nombre en 1976, tiene una extensión de 2.900 metros cuadrados y un valor de 4,5 millones, según la tasación realizada y mostrada «en la Santa Sede». El texto indica que la sociedad compradora, y nueva propietaria, Arete 2016 (que tiene como administradora única a Hotelgest 10), entregó un cheque por ese valor en el acto de otorgamiento de la escritura, que fue el 20 de diciembre del 2016. La operación de compraventa quedó inscrita en el Registro dos días después. En el documento registral figura también la fecha de constitución de la sociedad Arete 2016, el 17 de febrero del 2016, el mismo día en el que la abadesa del convento fue designada comisaria pontificia.

El texto indica también que la abadesa pidió permiso «a la Santa Sede mediante solicitud al Beatísimo Padre, procediendo la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica a conceder la licencia pedida para vender esta finca» en 4,5 millones. Añade que a la comisaria pontificia «se le han otorgado las plenas facultades en cuanto a la disposición del convento», que queda «suprimido» como tal, y que tiene «licencia para vender», «emanada del Beatísimimo Padre», desde el 6 de octubre del 2016.

Por otro lado, el decimotercer marqués de Villaseca, Eduardo Cabrera, ha presentado un escrito en Urbanismo y otro en la Delegación de Cultura, en el que señala que ha tenido conocimiento de que el convento será un hotel y que se tramita su declaración como Bien de Interés Cultural, y en el que avisa de que en su interior hay «inmumerables obras de arte» que constan en un inventario realizado a mediados de los 80 y que recoge la tesina de Purificación Espejo Calatrava depositada en Filosofía y Letras. El marqués comunica también, para que lo tengan en cuenta, que en la iglesia se encuentran enterramientos de personajes históricos y un cementerio. Fuentes de la familia insisten en que con la venta del convento «se ha vendido la historia de Córdoba», que «se podían haber trasladado allí monjas del convento de Santa Cruz» o «se podía haber hecho una residencia, que también hubiera creado puestos de trabajo». H