Nacido en Linares (1985) pero cordobés de adopción, es el tercero de los chefs de la ciudad califal con una estrella Michelín, junto a sus antiguos compañeros de aula de Hostelería y Turismo del IES Gran Capitán Kisko García (El Choco, en La Fuensanta) y Paco Morales (Noor, en Cañero). Igual que ellos, ha viajado para formarse. En su caso Kuwait, Estocolmo, París... Y su periplo aún sigue, aunque desde hace dos años es jefe de cocina de Argos, en Puerto Pollença (Mallorca).

-Felicidades. Supongo que aún está muy contento.

-Muchas gracias. Después de dos años de trabajo duro en este proyecto... No esperábamos, la verdad, ese reconocimiento. Quizá solo alguna mención por parte de la Guía Michelín.

-Su localidad natal de Linares, la adoptiva de Córdoba (donde vive su familia), Mallorca, ¡hasta he encontrado en un blog de cocina que le consideran madrileño! Todos nos apuntamos su triunfo.

-(Ríe) ¡No hombre! Mi primera formación fue entre Linares y Córdoba, pero salté a Ronda, Madrid, Murcia, París, Kuwait, Baleares, Estocolmo...

-Y en tiempo récord con sus 31 años. Definen su cocina como mediterránea, internacional...

-Bueno. Es que eso de poner etiquetas... ¡Cómo en este mundo de la gastronomía hay tanta gente que no se dedica profesionalmente a esto! A veces parece un sector recurrente en el que refugiarse cuando en su actividad no ha ido bien en lo propio... Pero esto no es fácil, por mucho turismo y buen clima que haya en España. Y eso hace que se usen etiquetas. Para mí solo hay dos etiquetas en cocina: la buena y la mala cocina. Y ya está.

-¿Pero se ha llevado mucho de Córdoba a Puerto Pollença?

-Hombre, ¡la cocina andaluza! Con todo lo que ello representa: sopas frías, aderezos, aliños, platos de conceptos fríos que aplicados aquí vienen muy bien. Y yo hablo de cocina andaluza porque el recetario andaluz es infinitamente rico. Te vas al pueblo de al lado, en Granada, Jaén, Córdoba... y cambian todos los platos.

-Su primeros pasos fueron en las aulas de Hostelería y Turismo del IES Gran Capitán, donde también estudiaron chefs ‘con estrella’ como Kisko García o Paco Morales.

-Sí (ríe), yo era más pequeñito. Además, cuando sales de allí al día siguiente puedes irte (y debes hacerlo) a viajar, a trabajar, a aprender más... Yo, en dos semanas ya estaba en Ronda, en Tragabuches (también con una estrella Michelín) con un momento muy interesante. Y eso para un chaval de 17 años...

-Bueno. Habrá que celebrarlo en Córdoba. ¿Vendrá a pasar las Navidades con la familia?

-Sí, claro.

-¿Y quién cocina?

-(Ríe). Buena pregunta. Yo reconozco que si estoy en la cocina... ¡que no se metan! (Ríe de nuevo). Todos aportaremos.

-¿Quizá su tía abuela Luisa, que fue su primera maestra?

-La quiero mucho. ¡Y sigue cocinando!