SEGUNDA SESIÓN DEL JUICIO

El condenado por el crimen del Zoco delató al prófugo y «todo cuadraba»

La Policía halló a la víctima maniatada, amordazada y en un charco de sangre

El condenado por el crimen del Zoco delató al prófugo y «todo cuadraba»

El condenado por el crimen del Zoco delató al prófugo y «todo cuadraba»

Rafael de la Haba

Rafael de la Haba

Dos agentes de la Policía Nacional declararon ayer, en el segundo juicio que se sigue por el crimen del Zoco, que el condenado por estos hechos, una vez ya sentenciado, delató en la cárcel al compatriota que ha estado diez años huido de la justicia y que ahora se sienta en el banquillo, 11 años después de la muerte violenta de un hombre de 78 años en su domicilio.

Según estos policías, una vez celebrado el primer juicio en el 2006, siguieron con la investigación ya que, «por algunas pruebas, sospechábamos que podía haber un segundo implicado» en el crimen ocurrido en diciembre del 2005. Así, en febrero del 2007 se entrevistaron en prisión con el ya condenado y este «reconoció que había participado con otra persona», en concreto, el ahora acusado, del que aportó su nombre, características y todos los detalles de «cómo entablaron amistad». Así, por ejemplo, relató a la Policía que habían estado juntos en Jaén, en Adamuz y en una casa de acogida y un comedor social en Córdoba. Los investigadores comprobaron todos estos datos y vieron que «todo cuadraba», desmontando la versión que el lunes ofreció el acusado, quien sostuvo ante el jurado popular que apenas conocía a su compatriota y que no participó en la muerte de la víctima.

A partir de ese momento, según los policías que declararon ayer, se activó una requisitoria internacional a través de Interpol que, finalmente, dio sus frutos con la detención en Alemania, en agosto del 2015, de la segunda persona supuestamente implicada. De otro lado, sobre el condenado, dijeron que intervinieron su teléfono móvil después de encontrar en casa del fallecido un papel con el número. Fruto de esto interceptaron una conversación en la que decía que había hecho «algo muy malo y que necesitaba huir del país», y lo localizaron en Barcelona, donde fue detenido.

En la segunda sesión del juicio celebrada ayer también declararon agentes de la Policía Científica, quienes manifestaron que hallaron a la víctima en su domicilio maniatada y amordaza, y con un charco de sangre junto a la cabeza. Además, el dormitorio estaba desordenado y con cajones abiertos, como si se hubiera registrado, al igual que una cómoda en el salón.

ACOGIDO POR LA VÍCTIMA // De su lado, un amigo del fallecido contó que este conoció al condenado en la estación de trenes y que «se lo llevó a casa», que estaba «muy contento con él» y que incluso le compró ropa. «Sacaba la Visa y yo le advertía que tuviera cuidado», pero él decía que era «buena persona».

El ministerio público pide para el procesado penas que suman 20 años y seis meses de prisión por los delitos de asesinato y robo con violencia e intimidación. El fiscal sostiene que, tras quitarle la vida, los asaltantes se llevaron 20 euros.

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