En el hospital Reina Sofía trabajan más de 5.000 profesionales. Es la mayor empresa de Córdoba y en la misma trabajan numerosos profesionales que tienen o han tenido a familiares como compañeros en alguno de los centros del complejo.

Son interminables los ejemplos de estas sagas. El actual jefe de la Unidad de Neurología, Juan José Ochoa, es hijo del médico de igual nombre que también ocupó este cargo y que ya está jubilado. La ginecóloga Mónica Miño es hija de la enfermera ya jubilada Carmen Mora y del fallecido doctor Gonzalo Miño, que fue director gerente y jefe de Aparato Digestivo; la cardióloga Elena Gómez es hija de la también jubilada neonatóloga Juana Guzmán y del hematólogo y exdirector del Centro Regional de Transfusión Sanguínea, José Luis Gómez, y la enfermera Mercedes López-Pardo es hija del fallecido Ricardo López-Pardo, que fue durante muchos años jefe de Urología del hospital. Además, el jefe del Servicio de Medicina Interna, Francisco Pérez Jiménez, es el padre de Pablo Pérez Martínez, especialista también en esta misma disciplina.

Familia Belmonte

Francisco Belmonte, padre de Rafaela Belmonte, responsable de la Unidad de Comunicación del Reina Sofía, trabajó en el área de mantenimiento. Y Mercedes, hermana de Rafaela, ejerce como secretaria en Pediatría. Rafaela y Mercedes son primas segundas de Óscar Degayón, jefe de la Unidad Técnico Jurídica, y de María Felicitas Degayón, administrativa ya jubilada. Óscar es a su vez yerno de Marciano Domínguez, que fue director del Materno Infantil. Y Rafaela, por parte de su marido, tiene a dos sobrinos trabajando en el Reina Sofía, Rafael Jiménez, dermatólogo (actualmente en excedencia) y María del Carmen Jiménez, médica de Urgencias. Para Rafaela Belmonte, «el Reina Sofía es mi vida. Ejercí de secretaria de dirección en la Noreña y luego pasé en 1982 al Reina Sofía con el mismo puesto, hasta que acabé en Comunicación en 1999, área en la que se trabaja mucho pero donde se reciben muchas satisfacciones, al dar a conocer los logros que los profesionales del centro consiguen».

Hijas del administrador

Otra saga es la de la familia de Clara Luján López, que trabaja en la Unidad de Gestión Ambiental del Reina Sofía y es hermana de María Cristina (técnico de función administrativa) y María Teresa (enfermera). El padre de estas 3 hermanas, Arcadio Luján Vizuete, fue el primer administrador general del Reina Sofía desde el inicio de las obras del hospital hasta 1984 y su tía María Luján, hermana de su padre, fue telefonista también en el hospital, así como su hija, María Jesús Arjona Luján, que es enfermera. Además Clara y sus hermanas tienen otros 4 primos hermanos por parte de padre, hijos de su tía Carmen Luján, que trabajan en el hospital. Se llaman Luisa María, Antonio, Carlos y Miguel Ángel Marín Luján, los tres primeros enfermeros y Miguel Ángel, médico. Dos tíos suyos, que ya fallecieron también trabajaban en el hospital, como celador y auxiliar de clínica. Y por parte de su madre también tienen a su primo Jesús López Sánchez, que es administrativo y está casado con una auxiliar de enfermería. «Para nosotras tres el Reina Sofía es el eje de nuestra vida y de casi toda la familia. De pequeña recuerdo venir con mi padre, hasta sábados y domingos, a supervisar las obras del hospital y el montaje de los quirófanos. Trabajaba muchísimo», apunta Clara Luján.

Director de farmacia

Hijos del fallecido jefe de Farmacia del hospital José Álvarez Aguilar son el urólogo José Álvarez Kindelán y el cirujano torácico Antonio Álvarez Kindelán. En el hospital además trabaja el especialista en Enfermedades Infecciosas José María Kindelán Jaquotot, tío de José y Antonio, cuyo parentesco les viene por su madre, y también ejerce como doctora una prima de los dos, Clara Natera Kindelán, hija de una hermana de José María y que también está en Infecciosos.

«Mi padre trabajó como jefe de Farmacia, procedente de Noreña, hasta que falleció a los 69 años. Tanto mi tío José María como mi hermano Antonio y yo decidimos estudiar Medicina influenciados por mi abuelo materno, Antonio Kindelán Ortiz, que era muy buen médico, pero murió muy joven», relata José Álvarez Kindelán. «Lo que somos como médicos lo hemos aprendido en el hospital. Es un buen centro para trabajar y encima nos permite ejercer en nuestra propia ciudad», resalta este urólogo.

Domingo García Pérez

Otra familia sanitaria es la de José García-Revillo, radiólogo vascular del Reina Sofía. Su padre, Domingo García Pérez, fue el jefe de Pediatría del Materno Infantil desde los inicios hasta 1995, año en que se jubiló. «Recuerdo que mi padre, que venía de la Noreña, trabajaba de lunes a domingo. En mi caso estudié Medicina en Córdoba, hice también aquí la especialidad y desde el 2005 tengo plaza fija en el hospital. Mi padre se encargó de montar todo el Servicio de Pediatría, junto a otros profesionales como el también pediatra Manuel Luque. Recuerdo los escasos medios con los que contaban en Noreña y que hacían punciones lumbares en los pasillos. En cuanto a mi trabajo, una de las facetas más novedosas a las que me dedico, junto a otros profesionales, es al uso de la terapia celular para evitar amputaciones de extremidades inferiores en pacientes diabéticos», indica este radiólogo. Los dos hijos de José han seguido la tradición familiar médica. José Domingo trabaja como médico de familia en Cabra y Jorge está estudiando en la facultad.

Su padre, traumatólogo

Ángela Casado Adam es hija de José María Casado Salinas, traumatólogo que trabajaba en el Reina Sofía y que fue también tutor de residentes. Cuando José María estaba en plena madurez profesional, falleció en 1990, con solo 39 años. «A pesar de que murió hace 26 años hay pacientes y profesionales del hospital, de todas las categorías, que se acuerdan del buen hacer de mi padre y me hablan de él emocionados, lo que refleja lo querido que era», expone Ángela, que trabaja como cirujana general en el Reina Sofía, mientras que su hermano Pablo, también médico, ejerce como especialista en Rehabilitación. La madre de Ángela y Pablo es la enfermera Rosa Adam, especialista en Educación Diabetológica, vinculada al Servicio de Endocrino.

Ángela está casada con el coordinador de trasplantes del Reina Sofía José María Dueñas. José María ha sido el primer médico de su familia y «era el que de niño siempre le ponía los tratamientos a mis amigos», recuerda. «Tenemos un hijo y otro que viene en camino. Ponemos un cuadrante en la nevera con las guardias y turnos de cada uno para intentar coincidir en descansos lo más posible», comenta Ángela. «El ritmo de trabajo lo llevamos bien porque sabemos lo que supone ejercer en un hospital y nos gusta lo que hacemos», concluye José María Dueñas. El futuro está por ver, pero seguro que algunas de estas sagas familiares seguirán en el Reina Sofía y otras nuevas echarán a andar.