La Subdelegación del Gobierno en Córdoba informó ayer de que se ha iniciado el protocolo para trasladar de centro penitenciario a un interno de la prisión de Alcolea que el miércoles pasado agredió a dos funcionarios cuando estos fueron a revisar su celda. Las mismas fuentes destacaron que en el día de ayer ya se encontraban de nuevo trabajando los profesionales agredidos y subrayaron la «rápida intervención» del personal de la cárcel ante este ataque.

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) denunció estos hechos, precisando que la agresión de este preso se había producido contra tres personas, y reclamó «medidas de seguridad eficaces» para reducir el riesgo de que episodios similares se repitan en el futuro. El sector de la administración general del Estado de CSIF detalló que el ataque tuvo lugar en el módulo 15 cuando el recluso se negó a ser cacheado. Al parecer, el agresor lanzó patadas de forma indiscriminada y alcanzó en una muñeca a un funcionario y en una pierna a otro. Según apuntó este sindicado, los dos necesitaron ser atendidos en la enfermería de la prisión. A raíz de lo sucedido, ha solicitado a la dirección de la cárcel el traslado de este preso a otras instalaciones, un proceso que ya ha sido activado.

Esta organización también ha hecho hincapié en «la escasez de personal en el centro penitenciario», en la falta de medios materiales y en «el hacinamiento» como factores que, en su opinión, «aumentan el riesgo de sufrir una agresión por parte de los funcionarios». Asimismo, ha considerado «totalmente incomprensible» que los trabajadores penitenciarios no estén incluidos en el plan contras las agresiones en la administración general del Estado, «cuando son los empleados que reciben más ataques en su quehacer diario».

Por otra parte, ayer se conoció otra agresión de un interno contra seis funcionarios en las instalaciones de Puerto III (Cádiz). Según anunció la agencia Efe, el autor de los hechos fue un recluso que recientemente fue declarado culpable del asesinato de otro preso en la cárcel de Alcolea. Cuatro de estos trabajadores tuvieron que ser trasladados al hospital después de que esta persona atacase a uno de ellos con un pincho en el cuello; causara heridas en el pómulo y el tabique nasal a otro; en el brazo, a un tercero; le desplazara los dientes de un puñetazo a un cuarto empleado y otros dos sufrieran lesiones menos graves.