A la llamada de la tradición, más de una decena de personas acompañaron ayer a los ganaderos Felipe Molina padre e hijo, propietarios de Las Albaidas, que iniciaron la trasterminancia de 1.400 ovejas merinas desde la sierra hacia la campiña cordobesa acompañados por aficionados a esta actividad y ayudados por los perros Moro y Alcalde.

El recorrido comenzó a las 7.00 horas en las inmediaciones de la glorieta María de Maeztu y se esperaba que no durase más de un día y medio. El objetivo es conducir a las ovejas desde los pastos de invierno hacia los de verano, en los que se aprovechan las rastrojeras de diferentes cereales. Felipe Molina hijo detalló que este tipo de trashumancia, que es corta y no se extiende más allá de los 30 kilómetros, es la más realizada hoy en día, «se hace mucho en Andalucía» y el paso por la ciudad se debe a que «las vías pecuarias atraviesan Córdoba».

Además de esto, destacó la necesidad de «dar luz» a esta actividad y explicó que «el problema que tenemos con el cordero es el consumo», lo que hace que la mayoría de la producción tenga que «salir para exportación y si hay algún problema (en los países de destino), se para el mercado y se desploman los precios».

El delegado de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía en Córdoba, Francisco Zurera, participó en una primera etapa del camino y destacó que la provincia de Córdoba cuenta con 600.000 ovejas. De este modo, el ejecutivo regional recordó que Córdoba y Los Pedroches son líderes de la comunidad autónoma en ovino y suman 671.300 cabezas y 4.700 explotaciones (entre ovino y caprino). También señaló que a mediados del siglo pasado había en Córdoba medio centenar de rebaños que realizaban la trashumancia, pero en la actualidad este número ha bajado a diez. En el caso de Las Albaidas, se encuentra ya en la quinta generación de ganaderos trashumantes.

Francisco Zurera hizo hincapié en que «el ovino es una de las carnes más exquisitas que tiene la ganadería cordobesa» y, a pesar de esto, «no tiene un índice de consumo importante». El delegado añadió que este sector «es muy necesario, está muy relacionado con las dehesas, con nuestras sierras y con nuestros montes, y las ovejas son los mejores bomberos del mundo».

En la misma línea, el presidente de la Fundación Savia, Francisco Casero, participó ayer en la actividad y sostuvo que «hay que apoyar la ganadería extensiva no solo para producir una carne de calidad diferenciada, sino simplemente por el hecho de conservación de nuestros montes».

Otros asistentes a la trashumancia fueron el gerente de Bodegas Robles, Francisco Robles, que afirmó que «para mí es muy importante entender la naturaleza desde todas las vertientes» y, como consumidores, «debemos tener el interés de conocer de dónde viene el producto y el trabajo que hay detrás». A esto añadió que «estar en contacto con la naturaleza te sirve también para la reflexión». Otras personas que acudieron a esta cita fueron Pepe Serrano, miembro de la directiva de A Desalambrar, que reivindicó el mantenimiento de las vías pecuarias, y la gerente de Almocafre, Carmen Casas, que apuntó que la ganadería extensiva «favorece el desarrollo de la economía local» y es «un modelo que puede contribuir al equilibrio del sistema y la alimentación saludable».