Un grupo de investigadores del hospital universitario Reina Sofía, el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic) y la Universidad de Córdoba ha publicado un trabajo en la revista Journal Nutrition Biochemistry , que concluye que la dieta mediterránea puede resultar beneficiosa para personas con problemas de obesidad gracias al aumento de microbios beneficiosos que el consumo de los alimentos asociados a esta dieta produce en el intestino.

El estudio se titula The gut microbial community in metabolic syndrome patients is modified by diet y ha permitido analizar los resultados en 239 pacientes (128 con síndrome metabólico y 101 sin esta enfermedad). El responsable de Medicina Interna del Reina Sofía, Francisco Pérez Jiménez, señala "que el primer grupo de pacientes presentó un desequilibrio en la proporción de bacterias en el intestino con reducción de la población beneficiosa, que se podría asociar al desarrollo del síndrome metabólico". "Si bien --prosigue el investigador y catedrático--, lo más interesante fue observar que la población microbiana mejoraba en pacientes con síndrome metabólico que durante dos años habían seguido una dieta mediterránea, algo que no sucedió en igual medida en pacientes sometidos a otra dieta distinta".

En base a ello, "la investigación demuestra que las bacterias del intestino se pueden modular por una dieta saludable, en especial si es una dieta mediterránea, y de este modo se conseguiría una microbiota intestinal más sana, que podría evitar alteraciones propias de la obesidad y sus consecuencias, en especial la diabetes y la enfermedad cardiovascular", concluye el ex director científico del Imibic.

En los últimos años se ha demostrado que las bacterias presentes en el organismo pueden favorecer o prevenir el desarrollo de ciertas enfermedades, como la obesidad y sus complicaciones, el denominado síndrome metabólico. Este proceso agrupa la mayoría de las alteraciones que favorecen el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares en las personas obesas e incluye también los niveles bajos de colesterol bueno, la elevación de los triglicéridos, la hipertensión arterial y la diabetes tipo 2.