El joven acusado de dejar al borde de la muerte a una mujer de 72 años para robarle un anillo en su casa del Sector Sur aseguró ayer en la primera sesión del juicio que "jamás" golpeó a la víctima y que, aunque el día de los hechos la acompañó a su casa, nunca entró en su domicilio.

El acusado, que cuando fue detenido tenía 19 años, relató ante el tribunal, después de declararse "inocente", que conoció a la mujer en una manifestación de Acampada Dignidad y que posteriormente coincidieron varias veces en el centro social Rey Heredia. El día de los hechos, el 13 de enero del 2014, la acompañó a su casa, según explicó, porque le iba a regalar una bicicleta de su marido. Sin embargo, al llegar allí, él se quedó en el portal y cuando la mujer sacó la bicicleta decidió no quedársela porque estaba "deteriorada". Así, según su versión, "le di dos besos y me marché".

El fiscal, sin embargo, mantiene en su escrito de acusación que entró en la casa de la mujer y le propinó "un contundente golpe en la cabeza" con "intención de acabar con su vida" y robarle. Así, una vez que la mujer cayó desplomada, el hombre supuestamente se apoderó de un anillo que en su interior tenía grabadas unas iniciales y la fecha de la boda del matrimonio. La víctima sufrió un traumatismo encefálico severo y le quedó como secuela "un estado neurológico prácticamente afuncional" y hemiplejia izquierda.

El acusado sostuvo durante el juicio que el anillo que encontró la Policía detrás de un armario en el registro de su casa no era el de la víctima, sino otro que le había regalado su abuela paterna, algo que, sin embargo, desconocía su madre porque nunca se lo contó. Además, negó que el que se le mostró en la sala de vistas fuera el que los agentes hallaron en su domicilio. Ese mismo anillo sí que fue reconocido por un vecino como el de la mujer, ya que "nos lo enseñaba mucho". El joven definió a la víctima como "alegre y buena", mientras varios vecinos señalaron que siempre ha sido "muy abierta y confiada", por lo que alguna vez le habían "reñido".

El fiscal pide para el acusado penas que suman 15 años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa y un delito de robo con violencia en casa habitada, con las agravantes de abuso de confianza y abuso de superioridad.