El Sindicato Provincial de Servicios de CCOO de Córdoba ha denunciado ante la Inspección de Trabajo la comisión de supuestas irregularidades en el despido de siete trabajadores de la empresa Pedro Romero, dedicada al comercio textil y que posee varias tiendas en la capital cordobesa.

Según ha informado el sindicato, los trabajadores "han sido despedidos sin la correspondiente indemnización y adeudándoles seis pagas extras, que difícilmente podrán cobrar, ya que algunas de ellas hace más de un año que se les debe y esas no pueden ser reclamadas".

Con estos siete despidos, la empresa se queda con tres trabajadores, uno de ellos actualmente de baja, además de los miembros de la familia que trabajan en el negocio, cuya situación laboral es completamente desconocida para el sindicato, que también ignora el futuro de las tiendas que aún regenta la empresa, una ubicada en el barrio de Santa Rosa, otra en un piso de la calle Rodríguez Sánchez, esquina con la calle Ángel de Saavedra, y una tercera en un local de la misma Rodríguez Sánchez.

A este respecto, el sindicato sospecha que la familia propietaria de Pedro Romero "ha iniciado un lento proceso de liquidación del negocio, plagado de irregularidades, y en el que los únicos perjudicados van a ser los trabajadores que pierdan su empleo sin cobrar lo que justamente les corresponde".

Según ha afirmado CCOO, "las prácticas irregulares en esta empresa no son una novedad", pues, de hecho, el sindicato ha interpuesto contra la misma "decenas de denuncias en los últimos años ante la Inspección de Trabajo, la última de ellas el pasado abril, en referencia a la tienda ubicada en la calle Ángel de Saavedra de la capital cordobesa".

En este caso concreto, la empresa decidió alquilar el local en el que se ubicaba la tienda y habilitar el comercio en una vivienda del mismo edificio, a la que se accede por la calle Rodríguez Sánchez.

Dicho piso, según consta en la denuncia del sindicato ante la Inspección de Trabajo, "no cumple con la normativa básica para establecimientos comerciales, dado que carece de vestuario, a pesar de que las empleadas llevaban uniforme, no existe sistema de ventilación forzada o renovación de aire adecuado para un local con afluencia de público, existen barreras arquitectónicas, el ascensor de acceso a la vivienda no está habilitado para funcionar como montacargas y solo hay un baño para trabajadores y clientes que, además, está averiado".

Por todo ello, CCOO pide a la Inspección de Trabajo "que actúe con celeridad y vele por el cumplimiento de la normativa de seguridad y salud, así como que se investigue la situación real de la empresa y si está incurriendo en algún delito contra los trabajadores".