De seguir la ola de calor hasta el día 31 con máximas como las que estamos sufriendo, este mes de julio pasará a la historia de Córdoba como el de las máximas más altas por término medio de la historia desde que hay registros oficiales.

En todo caso, más allá de los umbrales de alerta sanitaria en Córdoba por las máximas (que se fija en 40º C para las horas centrales del día), lo que más agota psíquica y anímicamente es la consecución de noches tropicales , aquellas en las que el mercurio no baja de los 20º C, y que dejan para el día que comienza un calor permanente, con zonas de la ciudad en las que el aire fresco brilla por su ausencia.

Armas contra el calor

Aire acondicionados, ventiladores u abanicos son herramientas frecuentes que se utilizan para combatir el calor, una lucha que ya cumple en Córdoba sus tres semanas de duración, todo ello debido a una masa de aire caliente procedente del continente africano que se ha instalado durante un periodo mucho más largo del conocido.

Y como en cada periodo estival, y sobre todo éste del 2015, cientos de personas requieren una atención especial por las inclemencias meteorológicas propias de las fechas, ya sea por razón de su trabajo (labores en el exterior, en ambientes sin posibilidad de climatización etcétera) o, sobre todo, por su estado físico frágil o por problemas de salud. En este grupo se encuentran las personas con edad avanzada o con diversas patologías, así como bebés.

Planes oficiales

Desde hace años está en marcha un Plan de Prevención de Altas Temperaturas de la Junta, que este verano se ha coordinado con plan local por parte del Ayuntamiento de Córdoba y que, entre sus medidas principales, se encuentran si fuese necesario el desplazamiento de cerca de una veintena de pacientes de riesgo en la capital --de las 1.044 personas registrada en Córdoba-- de sus viviendas al Centro de Mayores Huerta de la Reina, desde las 11.00 hasta las 20.00 horas, donde "estarán mejor protegidos de la acción del calor que en su domicilio, pues se trata de personas que viven en inmuebles cuyas características no son la más adecuadas para estos casos o que no tengan familiares o cuidadores que vigilen su salud", recuerda Silvia Luna, enfermeragestora de casos del centro de Salud de Occidente.

Este centro, por ejemplo, contempla las zonas del Parque Azahara, la de transformación social de Las Palmeras, así como las zonas periurbanas de Villarrubia, El Higuerón y Encinarejo. También participa de este plan especial, atendiendo en torno a 500 personas frágiles y alrededor de 350 pacientes inmovilizados.

Otra de las medidas del plan es el seguimiento presencial y telefónico, a través del teléfono de Salud Responde (902--505060), disponible las 24 horas del día.

El rostro humano del calor

En estas iniciativas, las enfermeras intensifican sus visitan a aquellos pacientes de mayor riesgo. Es el caso de María Isabel Repullo, que padece de una arritmia cardíaca y asma. Reside en un tercer piso de la calle Vicente Sereno Capellán, dentro de la barriada de Las Palmeras. "Intento beber mucha agua y zumo", afirma. Según María Isabel, la enfermera "me visita cada 15 días y me da mucha conversación", además de vivir junto con su marido y su hijo "que me hace unos gazpachos muy ricos". Ante las noches calurosas, "yo tengo que salirme al sillón de mi terraza y hasta las 4 no consigo dormir", comenta.

Al igual que María Isabel, José Cobos, también de Las Palmeras, es un paciente de riesgo ya que, según cuenta, padece de problemas de circulación de la sangre. "En mi casa da todo el día el sol y encima tengo la azotea", dice este vecino que tiene un ventilador en casa, "pero el aire que echa, te quema". Por ello, "tengo que beber todos los días 4 o 5 botellas de agua". Aun así, "me gusta más el calor porque yo he sido panadero y trabajar delante de un horno también desprendía muchísimo calor". En su caso, una enfermera le visita cada dos días "para curarme, pero siempre viene con prisa", insiste.

Por último, existe también el acompañamiento para "aquellas personas de nivel de riesgo máximo que no quieran salir de sus casas", explica la enfermera Luna. Aquí participan personas vinculadas a asociaciones así como voluntarios de Cruz Roja e incluso estudiantes de la UCO, ya que "les convalidan créditos por participar en actividades vinculadas a fines sociales".

Ante estas elevadas temperaturas, desde los distintos planes de prevención se insiste en que las personas más vulnerables deben aumentar su hidratación, vestirse con ropa ligera, no salir a la calle de horas de máximo del calor, mantener la cadena del frío de alimentos, almacenar los medicamentos en lugar refrigerados o no colocarse mucho tiempo delante mismo de los aparatos de refrigeración.

Toda precaución es poca para combatir los efectos de un fenómeno meteorológico perjudicial que, según indican las previsiones, va a continuar sin dar tregua alguna.