Da alegría constatar que la historia de los pueblos cordobeses es cada vez mejor conocida gracias al esfuerzo investigador de personas que le dedican todo su tiempo y que, solicitando el amparo de las instituciones, pueden ofrecernos el fruto de sus desvelos.

Este es el caso de un reciente y muy bien documentado trabajo que, con el título de 'Puente Genil en los años treinta. Dictablanda y II República', acaba de ser editado por la Diputación de Córdoba y que pone a disposición de curiosos, entendidos, profesores y alumnos de los diferentes niveles educativos un arsenal de documentos, escritos y gráficos, que si bien están basados en el acontecer histórico de la citada población, lo entronca paralelamente con el de la provincia y el del país cuyos latidos impulsaron en realidad cualquier manifestación en una y otra de esas dos esferas de la sociedad.

En estas ilustradoras páginas (en total, 430) nos encontramos Historia e historias, procesos de emprendimiento y de cambio, movimientos sindicales y biografías de quienes fueron modelando la época que el autor, el aguilarense Diego Higeño Luque, documenta en Puente Genil pero que se intercomunica con la de otras localidades -fundamental desde luego la relación con la capital- y que viene en cada caso, al principio del respectivo capítulo, explicada y contextualizada con el transcurrir de la política española de entonces.

Leer, por ejemplo, que "A la vista de los resultados de las elecciones municipales del 12 de abril se desató en toda España una verdadera tormenta política que condujo el martes 14 a la proclamación de la II República", no es más que la obertura cuyo paisaje va a quedar de fondo para ir dando relieve a los hechos que tintaron la vida ciudadana de Puente Genil como eco de la que se iba consolidando en toda la provincia.

Diego Higeño asienta que Puente Genil fue "en los primeros años treinta del pasado siglo uno de los pueblos más importantes de la provincia de Córdoba", y por ello relata la historia, en efecto, pero en su afán de probarla fehacientemente no escatima ni en citas textuales, ni en documentos escritos, ni en fotografías (casi ochenta hemos contado), ni en cuadros ni en anexos, incluso panfletos publicitarios, con todo lo cual no solo ofrece la radiografía de un tiempo ido, cambiante y convulso, sino los instrumentos y el modo más adecuado de proceder que en última instancia puede servir de modelo a las nuevas generaciones, de universitarios sobre todo, que quieran aventurarse en el estudio del pasado.

Con los cuatro capítulos que vertebran la obra: 'La Dictablanda', 'El bienio republicano socialista', 'El bienio radical cedista' y 'Tras la victoria del frente popular', precedidos por un oportuno prólogo del profesor José Luis Casas Sánchez, la constatación de hechos se impone, y lo que en principio es un laudable estudio de la historia de Puente Genil en la cuarta década del siglo XX -con numerosos nombres, situaciones, tendencias y realidades- se convierte al mismo tiempo en una oportunidad bien aprovechada de explicar los mecanismos sociopolíticos de una provincia, Córdoba inmersa en la vorágine de las vivencias de Andalucía que venían dictadas muchas veces por los vientos de la política nacional.