El término "halal" es aún un desconocido en España, asociado comúnmente a la alimentación, pese a que engloba otros aspectos como los negocios, la economía y las relaciones saludables con el entorno, y sobretodo a pesar de que, en términos de rentabilidad, crece anualmente a un ritmo 3 billones de dólares.

El mercado, ese ente tan abstracto, no distingue en este caso de religiones, y el negocio halal, que obviamente parte del mundo musulmán, poco a poco se ha ido instalando en los países occidentales.

En España no tanto, aunque para consolidarlo, Córdoba celebra estos días el Congreso Internacional "Halal, un concepto global".

"Halal no es sólo para los musulmanes, sino para gente que quiere en su vida parámetros de alimentación saludable y vida equilibrada", explica la directora del Instituto Halal, Isabel Romero, que añade que, sólo en España, además de los dos millones de musulmanes que participan de este estilo de vida, hay otro 20 por ciento de consumidores no islámicos.

De hecho, sólo en el mercado español genera un volumen de negocio creciente, en torno a los 1.000 millones de euros, y cuenta con 300 industrias y más de 500 factorías, que producen más de 600 productos de todo tipo, exportables en unos de 60 países.

Prueba de ello es que estos días hay en Córdoba unos 70 expertos de más de 40 países participando en un congreso concebido como un espacio de reflexión compartida desde donde ofrecer una visión general de todos los alcances que puede abordar halal, como paso previo a futuros congresos monográficos de cada uno de ellos.

Y se hace en Córdoba porque, según Romero, esta ciudad es "un referente para el mundo musulmán como ciudad del conocimiento, la ciencia y la cultura, y es el momento de volver a situar Córdoba y el Islám sobre esos parámetros y no sobre otros".

Además, añade que Córdoba en alimentación puede aportar prácticamente de todo, además de conocimiento a través de la universidad, por lo que la ciudad era "el sitio idóneo" desde donde arrancar un proyecto halal para España.

Estos días los ponentes están abordando asuntos como la estandarización internacional del mercado halal, las posibilidades del turismo y la alimentación en este campo, el papel de estas prácticas en la sociedad y los medios de comunicación, y el comportamiento de la banca y las finanzas islámicas.

En este último aspecto, por ejemplo, el Islám impone tres prohibiciones, el cobro de interés, el embarcarse en riesgos excesivos y la especulación.

"El halal es una manera de entender la economía, más equilibrada, más solidaria y justa", especifica Romero, musulmana conversa y presidenta de la Junta Islámica, que cree que por sus condiciones particulares e históricas, España y Córdoba pueden hacerse fuertes en este mercado, aunque echa en falta más fuerza en un aspecto, la investigación.

A este respecto, señala que, aunque en Córdoba y en otras universidades ya se han puesto en marcha cursos especializados, aún faltan proyectos de fondo sobre un mercado tan pujante.

Porque, hasta hace poco, muchos turistas musulmanes no tenían espacios en los que comer según la ley islámica, y era común, por tanto, que se trajeran sus productos certificados en sus viajes a España, como cuando los españoles se llevan el jamón serrano envasado al vacío en sus viajes al extranjero.

Al fin y al cabo, concluye Serrano, el halal es "un estilo de vida", que tiene tanto que ver con lo que está permitido desde un punto de vista religioso, como con todo aquello que ayuda al ser humano a vivir mejor.