Younes es un joven de pocas palabras, lo dice todo con los ojos. Lo conocí cuando tenía 16 años en el piso donde creció junto a otros inmigrantes menores como él. De muchos de ellos hace tiempo que no sabe nada. "Algunos se volvieron, otros no sé dónde están". Entonces era muy tímido, algo desconfiado y apenas hablaba español. Siete años después, me cuesta reconocerlo. A pesar de su juventud, parece haber madurado mucho. Mantiene la alegría en el rostro, pero ahora se desenvuelve como pez en el agua y aunque no le gusta demasiado recordar lo vivido, lo cuenta sin tapujos. Su obsesión ahora es salir adelante.