Tan agitada es la vida de Marcos que su sueño, contesta después de pensar un segundo, es "cultivar el abandono, estar un día sin hacer nada", afirma sin dejar de reír. "Tengo mucha actividad, tanta como gastos y muchas facturas que pagar: la persona que me ayuda a diario a los gastos de ortopedia, medicinas, rehabilitación, transporte...". Su pensión, según explica, "no da para todo eso".