--No puedo evitar empezar preguntándole por las sensaciones que vivió hace un par de semanas en Las Tendillas, cuando la Orquesta de Córdoba volvió a sacar a la calle partituras, atriles, instrumentos y música para pedir el apoyo ciudadano.

--Para mí fue algo inesperado, no pensaba que iba a tener esa repercusión. Fue impresionante el trabajo que hicieron las asociaciones nacionales de músicos e intérpretes, es algo por lo que la Orquesta y yo estaremos eternamente agradecidos. Pero la respuesta ciudadana me sobrecogió.

--¿Cree que ese apoyo ciudadano se contagiará a las instituciones que mantienen a la Orquesta?

--Espero que sí. El Ayuntamiento ha decidido aumentar su aportación y esperamos que la Junta haga lo mismo. La situación no es fácil, pero parece que hay voluntad de entendimiento y confiemos en que se concrete en hechos.

--¿Cómo valora la intención de la Diputación de entrar a formar parte del consorcio?

--Es muy alentador y con esto se formaliza una relación que ya existía. Cualquier aportación es bienvenida y esperemos que el convenio que se ha firmado se prolongue en el tiempo y, tal y como han manifestado, el año que viene la cuantía aumente.

--Otra buena noticia viene del Festival de Música de Cine. ¿Qué supone para la Orquesta la grabación de una banda sonora de una producción norteamericana?

--Para empezar es volver a grabar y esto es una gran noticia. Puede suponer mucho porque grabar una banda sonora es poner en valor la capacidad de la Orquesta, además de que pueden surgir otros proyectos.

--Se grabará en el Teatro Góngora, un lugar que se barajó como posible sede y lugar de ensayo de la Orquesta.

--No ha habido novedades en este sentido. Se hizo un estudio en su día y alguien lo descartó. Sigo pensando que la Orquesta debería tener una sede estable propia. En cualquier caso, estoy contento con la relación con el Gran Teatro, que es el lugar idóneo para mantener nuestra actividad. No tendría mucho sentido ensayar en un teatro y actuar en otro.

--¿Qué perdería Córdoba si su orquesta desapareciera?

--Es un signo de identidad cultural clarísimo, un bastión de la cultura musical. Es como si cierras una biblioteca o un museo.

--La temporada ha arrancado con más abonados, pero, ¿qué cree que se puede ofrecer al ciudadano para que opte por invertir en música clásica?

--Es un tema complejo. Para mí, un abono cuenta, y es un dato muy positivo que se haya invertido la tendencia a la baja de los últimos cuatro años. Sobre qué se puede hacer, siempre está el eterno debate de si la cultura debe ser gratuita o no, o hasta qué punto la música clásica es elitista, pero yo creo que nadie debe escandalizarse, nuestro abono seguramente es el más barato de todas las orquestas andaluzas y, a cambio, se ofrece mucha calidad. En general, hablamos de una política de precios, también de una política de programación, pero esta última viene condicionada por los recursos económicos de los que se dispone.

--Brahms y Haydn son los dos grandes protagonistas de la temporada. Un repertorio muy conservador ¿no?

--Sí. Lo reconozco, y se debe fundamentalmente a la economía. Si quisiéramos seguir programando como hace dos años música española, del siglo XX, que la orquesta no hubiese tocado nunca, se traduciría en costes. Casi toda la música española y la del siglo XX está en alquiler, hay que pagar derechos de autor en muchos casos y también se suelen necesitar refuerzos. Si la premisa es la contención del gasto, no hay muchas opciones y, por otro lado, está el tema de los abonados, que, aunque yo no tengo muy claro todavía el perfil, lo que sí parece es que el público es más conservador y quiere escuchar el gran repertorio. Desgraciadamente, no tenemos los recursos de otras orquestas que pueden permitirse el lujo de llevar batutas de primera división y solistas internacionales. Y aún así, hay que decir que esta temporada es una gran fortuna contar con la presencia del director Jesús López Cobos. Creo que ese concierto marcará un hito en la historia de la Orquesta de Córdoba.

--Tengo entendido que López Cobos es uno de los directores más cotizados.

--Yo no soy quien para hablar de mi padre, pero es de los pocos directores españoles que actualmente tienen una carrera internacional.

--¿Y no se podía traer a directores y solistas menos conocidos y más asequibles que también aporten sonidos nuevos?

--Yo creo que lo estamos haciendo en la medida de nuestras posiblidades. Procuro buscar gente joven con gran talento que no haya despegado todavía porque están ávidos de tocar y colaborar y todavía nos podemos permitir pagar sus cachés. En cuanto a los directores, siempre he tratado de consultar a los músicos y ver sus preferencias. Creo que en ese sentido estamos dando calidad siempre.

--¿Qué vamos a oír esta temporada que no hayamos escuchado nunca en manos de la Orquesta?

--Son menos obras que otros años. Aparte de los estrenos de Córdoba , de Lorenzo Palomo, y La otra orilla , de Juan de Dios García Aguilera, va a haber una obra muy interesante que es el Concierto para violín de Korngold, que no se ha escuchado nunca aquí. También se interpretarán como novedad las sinfonías 103 y 104 de Haydn.

--¿Cuál es la relación entre un director titular y un invitado?

--De colegas. Procuro mantener relaciones cordiales en un gremio que no suele ser muy solidario porque, al fin y al cabo, competimos unos con otros, pero traer buenos maestros es bueno para la Orquesta y para mí.

--Lleva aquí dos años y le esperan otros dos. ¿Qué balance hace de este tiempo?

--Han sido dos años muy intensos. Nunca había trabajado tanto y tan activamente con una orquesta. La actividad de la Orquesta se ha incrementado un 30% desde el 2010 y los músicos están haciendo un gran sacrificio, un esfuerzo personal, no solo en la cuestión salarial, sino en el aumento de productividad. Mi balance ha sido positivo porque con los recursos que contamos se han hecho muchas cosas, quiero ser optimista y pensar que esta situación se va a solucionar.

--¿Quién tiene la culpa de esta situación?

--Es un problema a nivel mundial y no tenemos que avergonzarnos de lo que pasa en España. En la cultura nos hemos resentido mucho. ¿Culpables? Seguramente habrá muchos. Lo que hay que hacer es salvaguardar lo que queda y luchar por defenderlo.

--¿Es Córdoba una ciudad receptiva a la música clásica?

--Creo que sí, el público es fiel a su orquesta pero hay que seguir ganándoselo, salir a buscarlo y traerlo de la mano. No es fácil, hay que animarlos a venir.

--¿Tiene explicación que la cultura tenga que soportar un 21 por ciento de IVA?

--No lo sé, a mí me parece una barbaridad, la mitad de tu esfuerzo y tu trabajo se queda en los impuestos.

--¿A dónde les llevará este año el programa social de la orquesta? ¿Alguna novedad?

--Nosotros le ofrecemos a Cajasur la Orquesta y ellos deciden en qué quieren invertir esos tres programas. A mí me gustaría llevar la música a las habitaciones del hospital Reina Sofía.

--La Junta propone la regionalización, que las cuatro ciudades que no tienen orquestas disfruten de las de las demás. ¿Lo ve factible?

--Por supuesto, y sería muy interesante. Hay público y afición en toda Andalucía y se podrían ofrecer ciclos de seis conciertos al año, pero para eso se tendrían que poner de acuerdo las diferentes administraciones.

--Algunos piensan que una orquesta no es necesaria en una ciudad porque lo bueno es escuchar a distintas formaciones. ¿Qué opina?

--Eso sería un festival de orquestas. Cuando tienes tu propia orquesta se le puede sacar más rendimiento, además de dar una continuidad a la vida musical de la ciudad. Sustituir una cosa por otra sería un paso atrás.

--¿Cuándo va a perder el halo elitista la música clásica?

--Eso depende de en qué país hagas esa pregunta. Todo depende de la educación.

--¿Cómo lleva las críticas?

--Hay un sector muy crítico, y creo que en la situación en la que estamos se pueden hacer criticas, pero de forma que ayuden a apoyar la imagen de la Orquesta. Creo que algunos críticos no son muy conscientes de la realidad que tenemos y me gustaría que también resaltaran lo positivo. Echo en falta ese apoyo, ese capote que nos ayude de vez en cuando.