Tras dos meses de estancia con sus familias de acogida, los 136 niños y niñas saharauis que llegaron a Córdoba en julio para vivir el estío alejados del calor del desierto partieron ayer de vuelta al Sahara. Han sido unos 60 días en los que, gracias al esfuerzo de más de un centenar de familias cordobesas, han podido disfrutar de aquellas comodidades y atenciones sanitarias tan difíciles de encontrar en sus lugares de origen.

La iniciativa, que comenzó hace 20 años comandada por la Asociación Cordobesa de Amistad con los Niños y Niñas Saharauis, continúa creciendo con el paso del tiempo de modo que, pese a la crisis, este año se han sumado 10 familias más a la causa, según el presidente de la asociación, Arturo Falcón.

Los padres de acogida no sólo se encargan de hacer disfrutar a estos niños de entre 8 y 12 años, sino que se aseguran de que los niños tengan sus necesidades sanitarias totalmente cubiertas al regresar. Este el caso de la familia Alvarez Gallego, que ha acogido a Salambua, una niña de 11 años, cuyos hermanos de acogida se han encargado de que aprenda a montar a caballo. Por otro lado, las familias Martín León y Barrasa Cardenete, de Palma del Río, se despiden orgullosas de Tfara y Fátima, tras darle en estos meses la calidad de vida con la que no contarán el resto del año.