La cordobesa Ana Segado abrió en el mes de diciembre del pasado año la heladería-cafetería Ladis, situada en la avenida Fray Albino, que sirve productos de la histórica heladería cordobesa David Rico.

La emprendedora comenta que "llevaba trabajando como empleada en David Rico 30 años, concretamente en la heladería de la calle Concepción, y el pasado verano mi jefa quería traspasar el local, y tras hablarlo con mi marido, no dudamos en aprovechar la oportunidad que se nos presentaba, ya que el local es alquilado y mi jefa me lo dejaba con toda la maquinaria y el material del que disponía".

Ana Segado dice que es un tipo de negocio que ella maneja perfectamente por la cantidad de años que ha trabajado en él y manifiesta que "era una oportunidad que no podía dejar pasar porque montar un negocio de este tipo ahora mismo es imposible por el enorme coste en maquinaria que se necesita para empezar".

Los productos que se ponen son servidos al negocio por David Rico y lo único que ha cambiado es la situación laboral de Ana Segado, que ha pasado del régimen de la Seguridad Social a darse de alta como autónoma y la responsabilidad, ya que ahora no trabaja como empleada sino que ella es la responsable directa de su negocio y además se queda con la caja que se hace cada día y la administra de la forma que considera oportuna.

La heladera considera que "aunque hay ayudas de las diferentes administraciones públicas, estas son insuficientes y tampoco están canalizadas para que lleguen a todo el mundo", y añade que "mucha gente que ahora se decide a abrir su propio negocio lo hace obligada por haber perdido su puesto de trabajo y tiene que disponer de su subsidio por desempleo para iniciar la actividad, corriendo el riesgo de que el negocio no vaya bien y pierda todo".

La emprendedora hace un llamamiento para que los bancos o los gobiernos actúen para que se concedan préstamos más asequibles porque "las pequeñas empresas son las que crean puestos de trabajo y en nuestro caso hemos creado dos empleos ya que tenemos contratados a dos chicos jóvenes que se encontraban desempleados y que se encargan de servir la terraza".

Al negocio de Ana entran personas del barrio del Sector Sur, cercano al establecimiento, así como gente que baja desde otras zonas de la ciudad para dar un paseo por la zona o turistas que pasan por el lugar.