"Ahora vamos a empezar a disfrutar del Templo Romano", dice orgulloso Juan F. Murillo, jefe de la oficina de Arqueología de la Gerencia Municipal de Urbanismo. El es, junto a Carmen Chacón, arquitecta de la GMU, el alma de este proyecto que revitaliza la principal joya de época romana que tiene la ciudad, que data de mediados del siglo I d.c. Ayer, Juan Murillo ofreció una conferencia para explicar las Ultimas intervenciones en el Templo Romano de Córdoba , que fue al mismo tiempo una reivindicación del pasado romano de la ciudad. "Durante años, hemos vivido de espaldas al templo, que ha estado arrinconado. Ahora lo hemos abierto y el siguiente objetivo será que se pueda deambular por el recinto", explica. La apertura del templo es solo la primera fase de un proyecto mucho más ambicioso para el que, de momento, no hay financiación. El resto de fases pretenden "recuperar los niveles de circulación que tuvo en su época" el edificio, indica Murillo, ya que "reconstruirlo no tendría sentido". Esos niveles de circulación permitirían, por ejemplo, situarse a la altura en la que están hoy las columnas. A ese estadio se accedería gracias a una pasarela colocada en la medianera del Ayuntamiento, que permitiría reconstruir la altura de la plaza que daba acceso al templo, y a una escalinata minimalista que rodearía las columnas. Además, el proyecto incluye la construcción de un centro de interpretación, donde actualmente están las oficinas de atención ciudadana del Ayuntamiento. El Templo Romano de Córdoba tuvo como modelo el dedicado al dios Apolo en el Palatino de Roma. Formó parte, junto a una plaza intermedia (en Capitulares) y un circo (Orive), de un gran complejo arquitectónico estructurado en terrazas.

Mañana, a las 18.30 horas en la sala Vimcorsa, José Antonio Garriguet, profesor titular del área de Arqueología de la Universidad de Córdoba, profundizará sobre la importancia del Templo de la calle Claudio Marcelo y el culto al emperador en la Bética .