María ha sido una de esas madres coraje que han pasado su vida entregadas a sus hijos, que para ella son su mayor tesoro. Alegre y dinámica, siempre que tiene la oportunidad aprovecha para reivindicar la igualdad de derechos. "De mi época en Fapa Agora me queda la frustración de que los colegios concertados, sostenidos con fondos públicos, se resistan a admitir a niños con discapacidad". También se queja de las becas. "Un universitario con un 91% de discapacidad que aprueba el curso entero, ¿cómo puede recibir 300 euros de beca?".