La historia de Antonio y Dolores fue posible gracias al empeño de los dos. Se conocieron cuando él tenía 24 años y ella 16 y se enamoraron, pero el factor étnico jugó en su contra. La familia de Dolores, de etnia gitana, no quiso entregarla a Antonio cuando él la pidió en matrimonio y él se la llevó. "Me la llevé", así es, "porque ella se enfrentó a su familia y dijo que quería estar conmigo". "Vivimos juntos siete meses, hasta que conseguimos que nos casaran por la iglesia", explica, "el mismo día de la boda le sacaron la rosa y su familia, que se dio cuenta de que yo la respetaba, rectificó y me aceptó", dice sincero, "ahí se acabaron los problemas".

Y hasta hoy.