--¿Cuál es el origen de Solanas Recuperaciones Industriales?

--Surgió por el atrevimiento de su fundador, Ricardo Solanas Sierra. A principios de los 50 llegó a Córdoba desde La Rioja para trabajar en la Administración y dedicó todo su esfuerzo en convertirse en empresario. La fabricación de herramientas, la carpintería metálica, la agricultura y la ganadería fueron sus primeros contactos. En 1951 comenzó con su actividad definitiva: la gestión de residuos. Primero fue un servicio que prestaba a las explotaciones agrarias, pero rápidamente se convirtió en un negocio de compra, clasificación y venta de chatarra, así como de otros materiales reutilizables. Su inteligencia, tesón y responsabilidad hicieron el resto.

--¿Cómo ha evolucionado la empresa desde entonces?

--En el plano humano muy poco. Nuestra plantilla es muy estable. Desde hace años la componen unas 25 personas con un trabajo fijo. Nuestra empresa es familiar a todos los niveles. Sin embargo, desde el punto de vista productivo, la diferencia es enorme. La chatarra hace 50 años tenía un precio equivalente a algo más de 2 céntimos de euro por kilo. Y el precio actual ronda los 25 céntimos, unas diez veces más. Sin embargo, los costes asociados han aumentado más de 300 veces su valor. Para compensar esa pérdida, ha sido necesario incrementar la productividad desproporcionadamente gracias al empleo de maquinaria específica, que además proporciona mayor seguridad y confort al operario, reduciendo el riesgo de accidentes. Pero esto ha exigido más formación. Es impensable que exista una empresa de nuestro nivel sin contar con equipamiento y personal actualizado. La evolución medioambiental también ha sido considerable. Actualmente no es posible emprender una acción legal en temas de residuos sin poseer las acreditaciones que garanticen su correcta gestión.

--¿Qué tipo de acreditaciones son?

--Somos gestores de residuos y hemos logrado ampliar nuestra autorización, con el fin de poder gestionar prácticamente todos los residuos que aparecen en la lista europea de residuos, peligrosos y no peligrosos. Además, hemos reforzado nuestra solvencia profesional, adaptando la actividad a las exigencias medioambientales y de calidad en la gestión, contando con las ISO 9001 e ISO 14001, establecidas con la certificación británica Lloyd's. Y colaboramos, homologados, en los sistemas nacionales de gestión integrada, SIG o tipo Ecoembes.

--¿Tienen garantizada la clientela?

--Tener estas acreditaciones nos diferencia del resto y podemos optar a clientes de mayor entidad. Gestionamos los residuos valorizables de Sadeco, El Corte Inglés o Cunext Copper, entre otros. Todos necesitan los avales de legalidad que prestan nuestras autorizaciones. Servimos además a clientes que no requieren tanta documentación.

--¿Trabajan ustedes con vendedores ambulantes?

--No, solo con empresas y autónomos. Cuando en el 2005 reconvertimos la empresa de nuestro padre en sociedad anónima, uno de los objetivos del plan estratégico fue abandonar la práctica de compra al por menor. La dificultad en reconocer la procedencia lícita del material que nos traían nos convenció de la necesidad de impedirles la venta, bajo la premisa de "si no se lo compro dejará de robarlo". Pero cuesta mantener en solitario ese compromiso. Y menos con tanto cierre de empresas que dejan de proveernos residuos. Desgraciadamente, con la crisis, nuestro trabajo de desmontaje de industrias ha crecido notablemente.

--¿Les está afectando la crisis?

--¿Y a quién no? Gestionamos los residuos que genera la actividad empresarial. Nuestra facturación ha disminuido un tercio del total con respecto a antes de la crisis. Y los beneficios son prácticamente inexistentes, porque se destinan a mantener plantilla. Además el coste energético se ha disparado, los precios de venta son inestables y el cobro falible. Pero también es cierto que vivimos una época de selección empresarial de la que saldrán los mejores. Tenemos ilusión por estar en ese grupo y trabajamos por ello.

--¿Qué plan de futuro tienen?

--Seguimos invirtiendo, buscando soluciones a los problemas que les surgen a los clientes, como la gestión de residuos de la costosa instalación de Atlantic Copper, realizada en el 2012 en Huelva y que es única en España. Por otro lado, pensamos en el traslado de nuestras instalaciones de la avenida del Aeropuerto a un nuevo complejo fuera de la ciudad.