Tras los oficios del Jueves y Viernes Santo, y con el añadido del buen tiempo que se pudo disfrutar durante el día de ayer por fin en Córdoba, la Mezquita Catedral volvió a ofrecer una imagen muy común en las jornadas festivas, cuando los turistas forman largas colas para poder visitar el templo, algo que ayer también sucedió en otros monumentos de la ciudad como el Alcázar de los Reyes Cristianos.

No cabe duda de que los ansiados rayos de sol que ayer se dejaron ver y sentir influyeron decisivamente en que las calles del casco histórico volvieran a vivir el trajín de los miles de turistas a los que el mal tiempo no ha hecho abandonar su propósito de conocer la ciudad califal, aunque haya sido en su mayoría bajo el paraguas. Tras los días de lluvia, también los cordobeses tomaron las calles en busca de la vitamina solar. En zonas como el Puente Romano, La Ribera o las emblemáticas plazas de la ciudad se mezclaron ayer cordobeses y foráneos, devolviendo a estos enclaves la imagen típica de estos días y haciendo que en bares, restaurantes y tabernas se volviera a vivir el bullicio habitual de estas jornadas. Pese a que no se han cubierto las expectativas de los hoteleros y restauradores, ayer se dio un respiro a la economía del sector turístico de la ciudad gracias a la tregua que dio la adversa meteorología sufrida en Semana Santa.