El estudio 'La renuncia a continuar en el procedimiento judicial en mujeres víctimas de género' permite destacar cuatro grandes razones de abandono: la situación sociodemográfica, el propio procedimiento penal, los efectos de la violencia de género y la situación psicológica de la mujer.

Influye el desconocimiento sobre el proceso judicial (el 74% reconoció no saber nada). Así, muchas esperan que la denuncia inicial acabe de raíz con la violencia: el porcentaje de renuncias es menor cuando las mujeres denuncian tras una decisión meditada (22,8%), y es mayor cuando la empuja un suceso traumático pero sin planificación (43,85%). Los tiempos dilatados de la justicia y la burocracia pueden originar abandonos. La mayoría se produjeron en el período de instrucción (45%) o en las primeras 72 horas (35%), mientras que hubo un bajo nivel de renuncia en los juicios orales (8%) y los juicios rápidos (12%). El contacto con el agresor es determinante: el 74,4% de las que abandonan tienen un contacto frecuente con el agresor.

Respecto a la situación sociodemográfica, el estudio destaca el nivel educativo (las mujeres sin estudios registran un 55,8% de las renuncias) y la falta de recursos económicos (el 72% de las que renunciaron no tenían ingresos o eran inferiores a 500 euros).

También influyen en el abandono: el miedo, el chantaje del agresor por la pensión de los hijos o la custodia, el sentimiento de culpa o la minimización del riesgo.