El consejero delegado de la sociedad de valores Tressis, José Miguel Maté, avanzó ayer que "estamos saliendo" de la crisis económica, "al menos desde el punto de vista de los mercados financieros, que la mayoría de las veces anticipan lo que va a suceder en la economía real, por lo que es probable que estemos más cerca del fin del ciclo negativo de lo que muchos nos hacen creer". De este modo, en la conferencia 2013, un año de oportunidades , Maté apuntó a la "desazón" que producen en estos momentos las noticias ofrecidas en los medios de comunicación y el impacto que la recesión provoca en los ahorradores, que "se preguntan qué hacer" cuando tienen algo que invertir.

En un análisis de la situación actual, este experto destacó que existe una "pérdida de confianza en todos los estamentos" y precisó también que los bancos "se han convertido en los últimos años en foco de problemas para los ahorradores e inversores". Así, a su juicio España ha vivido "una tormenta perfecta" con la confluencia de una crisis global, otra en el sector inmobiliario y "el fin de la bonanza en la que se aplicaron medidas procíclicas" que, en su opinión, han incentivado la crisis económica.

A estas circunstancias se suma la deuda de los países y unas políticas de austeridad "extremas" que provocan la recesión, lo que a su vez siembra dudas sobre la solvencia de estos territorios. En este sentido, Maté apuntó que los interrogantes sobre la economía europea se han convertido en "un lastre" para la economía global, a pesar de la recuperación que se está dando en Estados Unidos o países emergentes como China. Sin embargo, destacó, en referencia a los nuevos líderes europeos, que "parece que saben jugar la partida" y, en alusión a Angela Merkel, la canciller alemana, precisó que "hace que el resto de los países estemos adoptando las políticas que tenemos que adoptar". El consejero delegado de Tressis añadió que se están dando los pasos para la recuperación de la confianza, "un aspecto determinante para que el dinero vuelva a fluir", a través de iniciativas como el impulso de la supervisión bancaria única, el control presupuestario común y las reformas estructurales, lo que da lugar a la posibilidad de que el BCE "ejerza de avalista".