Los vecinos y comerciantes afectados por las obras de la plaza Emilio Luque y de las calles Málaga y Sevilla denunciaron ayer las molestias que están sufriendo por el retraso de las mismas. Los trabajos comenzaron el 15 de octubre con el corte de la calle Málaga y de su intersección con la calle Sevilla. Se trataba de la primera fase, que iba a tener una duración de dos meses, por lo que tenía que estar concluida antes de Navidad. Y en esa misma fase siguen tres meses y medio después. La segunda fase se centraría en el arreglo de la plaza de Emilio Luque, mientras que la tercera consistía en la reforma de la calle Sevilla hasta la plaza de San Juan. En total, el plazo de ejecución era de cinco meses, que acaba a mitad de marzo. Pero los vecinos y comerciantes de ese ámbito temen que se necesite mucho más tiempo para terminarlas.

La asociación de vecinos Centro Histórico ya mostró su preocupación por el ritmo de los trabajos en noviembre, cuando descendió considerablemente el número de trabajadores y empezaron los problemas de suministro de material. Todo se complicó con la entrada de la adjudicataria, Pavimcosa, en la fase preconcursal --a instancias de otra empresa--, aunque garantizó que continuaría sin problemas con esta obra, así como con la avenida de Cádiz, actuación que ejecuta con el plan Urban Sur.

Ahora, tanto este colectivo como el de comerciantes de la zona han vuelto a manifestar ese temor. El presidente de la asociación, Rafael Martí, asegura que la "situación es crítica". Tanto es así que los comercios están pensando en colocar carteles en los que figure la lista de los negocios afectados para que se sepa que están ahí, "perdidos entre las obras". En total, y según uno de los comercios afectados, en el entorno de la plaza Emilio Luque hay más de una veintena de negocios entre pequeñas empresas; el aparcamiento de la calle Sevilla, que, según la asociación Centro Histórico, ha percibido cómo el número de usuarios ha descendido un 70%; un supermercado, un banco y un hotel; a los que se suman siete cocheras, un colegio y tres academias. Comerciantes y vecinos aseguran que han preferido aguantar porque hace más de 40 años que no se actuaba en la zona, pero "la intervención se está alargando más de lo que esperábamos y las perspectivas no son buenas".

La asociación de vecinos calcula que después de más de tres meses de trabajos no se ha llegado ni al 20% de ejecución. Recuerda que a todos los negocios afectados se unen también los 80 profesionales libres que trabajan en el entorno y que también se están viendo perjudicados.