La Policía Nacional detuvo ayer a tres personas, dos mujeres y un hombre, después de hallar en su domicilio en Levante numerosas dosis de cocaína preparadas para su venta, así como dinero en efectivo, informaron fuentes de la Comisaría Provincial de Córdoba. Los detenidos, con edades comprendidas entre los 41 y 62 años, serían de nacionalidad colombiana y familiares entre sí, según los vecinos que se congregaron en la calle alertados por la llamativa presencia policial. En espera de que los arrestados pasen previsiblemente hoy a disposición judicial, la Policía les imputaría un delito contra la salud pública.

Tras el desarrollo de unas investigaciones previas y con la oportuna autorización judicial, en torno a las nueve de la mañana una media docena de agentes del Grupo de Estupefacientes de la Brigada Provincial de Policía Judicial, auxiliados en la calle por efectivos de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), entraron en un domicilio de la calle Cartago, a las espaldas de Lepanto, ante las sospechas de que en él pudieran encontrarse sustancias estupefacientes. En el registro, que se prolongó hasta pasadas las 12.30 horas y en el que también participó un perro adiestrado para la localización de droga, se halló cocaína dispuesta en dosis para su venta a terceros y dinero en efectivo, según informaron fuentes policiales sin precisar las cantidades intervenidas. Como consecuencia de ello, se detuvo a los tres ocupantes del piso, dos mujeres y un hombre, a los que los vecinos identificaron como padres e hija --otros solo establecían la relación directa entre las mujeres-- y de nacionalidad colombiana.

Entre los numerosos curiosos y vecinos que se congregaron en la calle, la operación policial no causó sorpresa. "Era cuestión de tiempo", dijo una vecina. Según relataron otros, los detenidos llevaban viviendo en el piso registrado algo más de un año, y desde entonces se veían "cosas raras", sobre todo "llamativas en una calle que siempre había sido tranquila". En esa línea, una mujer aseguró que "se veía trasiego de gente entrando y saliendo, sobre todo por la noche, y aunque no tenían malas pintas, y todos llegaban en buenos coches, el comentario en la zona es que había trapicheo de droga". Otro vecino también apuntó que en el domicilio "siempre había fiesta, música y ambiente caribeño".