El gran desajuste entre los precios en origen y destino da lugar a comparaciones ilógicas, pero reales. Es lo que sucede, por ejemplo, con la naranja. Un café en un bar o un restaurante suele costar entre 1 euro y 1,20 euros (hay valores más altos y también más bajos), que es más de lo que recibe un agricultor por diez kilos de naranjas en la actualidad.

La lonja de cítricos de la Cámara de Comercio situó la semana pasada el precio del kilogramo en 9 céntimos de euro, cuando los costes de producción se estiman en 15 céntimos. Asaja asegura que en el mercado un kilo de naranjas supera, en muchos casos, el euro.