"La paradoja de la pobreza es que, a la vez que disminuyen las desigualdades entre los países, están aumentando las desigualdades dentro de los países, lo que obliga a cambiar radicalmente el concepto de cooperación internacional", afirmó ayer Rafael Domínguez, profesor de Economía de la Universidad de Cantabria, en la inauguración del seminario Crisis y Desarrollo , organizado por la Fundación ETEA. Domínguez es también director de la Cátedra de Cooperación Internacional y con Iberoamérica de la Unican, y fue el primer ponentes en unas jornadas de trabajo en las que se debatirá en torno al futuro de la cooperación internacional más allá del horizonte 2015.

Para este profesor, las tendencias de la economía internacional, aceleradas por la crisis de los últimos años, dibujan un escenario radicalmente distinto para la cooperación internacional, con nuevos objetivos, nuevos actores y nuevos instrumentos. "Para atacar los problemas de pobreza, habrá que hacer reformas fiscales en los países con más desigualdades y evitar, por ejemplo, que el hombre más rico del mundo sea de un país con las mayores desigualdades", destacó. Así, en su opinión los países deben ir hacia un modelo de crecimiento incluyente y equitativo: "Hasta el Fondo Monetario Internacional reconoce que la desigualdad es destructiva para el crecimiento económico", ha señalado. El seminario Crisis y Desarrollo continuará hoy con la intervención de José Luis Rocha S.J., director del Servicio Jesuita a Migrantes de Centroamérica; y Kattya Cascante, responsable del área de Cooperación Internacional y Desarrollo de la Fundación Alternativas.