La incomprensión de Guillermo Martín sobre el derribo de su nave va más allá del agravio comparativo que dice sentir. Hace año y medio llegó a ofrecer al consejo de distrito de El Higuerón ceder gratis por unos años de la nave para uso social. Aunque no se aceptó, el consejo de distrito medió a favor, puesto que se está buscando dónde instalar una escuela taller para la zona. El pasado viernes, Martín llegó incluso a ofrecer la cesión a perpetuidad de la finca al Ayuntamiento, ya que no entiende por qué se destruye algo construido y útil.
Según fuentes de Urbanismo, aceptar una cesión o la donación de una instalación que en origen es irregular tiene un encaje legal poco menos que imposible. Los trámites, acondicionarla y poner en marcha un proyecto tardaría lustros, suponiendo que fuera legal hacerlo.