El juicio de divorcio de Ruth Ortiz y José Bretón se resolvió ayer en media hora en el juzgado de Violencia sobre la Mujer de Huelva. Bretón no pronunció palabra y Ruth evitó mirar a la pantalla en la que aparecía el padre de sus hijos desde la prisión de Alcolea. Es la primera vez que José Bretón no hace referencia a sus hijos en una sede judical. La demanda de divorcio está en curso desde abril, fecha en la que Ruth Ortiz quiso poner fin legalmente a su relación matrimonial por la vía civil.

En ese instante, la investigación sobre la desaparición de los pequeños Ruth y José se encontraba en un punto muy diferente al actual y en su demanda pedía que a Bretón se le privara de todos los derechos y obligaciones como padre, que no estaba dispuesto a aceptar, según dejó constancia en su respuesta.

Entrar en el capítulo de los niños en el juicio hubiera resultado muy doloroso, sobre todo para la madre, ya que todas las pruebas apuntan a que los niños no se encuentran con vida.

En este sentido, y siguiendo con la estrategia de Bretón, se podría haber discutido sobre este asunto durante el juicio, pero no ha ocurrido porque la parte demandante modificó su petición. Ruth Ortiz ha renunciado a sus derechos y obligaciones como madre con el único de fin de no discutir durante el juicio sobre los niños. Este cambio de actitud se debe a su convencimiento de que los niños están fallecidos.

Los puntos sobre los que debe decidir el juez se deben a las propiedades de la pareja: un coche, un piso y un garaje en Córdoba. Estos dos últimos están ahora mismo alquilados y Ruth ha solicitado su administración, mientras que la parte contraria quiere que sea compartida. También reclama Ruth el Opel Zafira.

NADIE LE PREGUNTO Todo estaba preparado para que José Bretón interviniera si la parte demandante pedía interrogarlo y el magistrado juez lo hubiera admitido, pero no ha hecho falta. Bretón, desde la sala de comunicaciones de la prisión --en la que se encuentra desde hace un año a la espera de ser juzgado por dos delitos de asesinato con alevosía y agravante de parentesco-- estuvo presente en la sesión, pero no se le pudo escuchar su voz, ya que la abogada Reposo Carrero evitó hacerle preguntas.

La estrategia de la parte demandante ha dado un giro de 180 grados desde que interpuso la demanda hasta el día de hoy, ya que en un principio el entorno de Ruth tenía intención de que el demandado vinera a Huelva para que tuviera que atravesar por el amargo trago de volver a la ciudad donde ha transcurrido su vida conyugal. Desde el momento en el que se ratifica que los restos que se encontraron en la hoguera de la finca de los abuelos en Las Quemadas son de naturaleza humana, estos deseos cambiaron.